Tenemos desde Noviembre trabajando juntas,

A este punto ya ha logrado todo lo que quería con The Service Lab:

(Este es justo el screenshot del formulario del primer día).

Cuando eso pasa, siempre hago una recalibración:

Una sesión donde vemos qué ha pasado hasta ahora y qué sigue para ti.

El día de la sesión empezó como siempre: poniéndonos al día con todos sus chismes.

(Sí, le llama chismes, pero es que en una semana de mi vida, ella vive tres de expansión 😂).

Después de celebrar todo lo que había logrado, llegó la pregunta clave:

“Ahora, ¿en qué sientes que necesitas mi apoyo?”

De mi lado, sabía hacia dónde podíamos seguir… pero la respuesta tiene que venir de ella.

Y ella ya tenía todo sobre la mesa: clientes, claridad, conversaciones que sabía liderar, autoridad reconectada, ingresos en orden… incluso otro negocio corriendo al mismo tiempo.

Su respuesta fue directa:

“Quiero dejar un sistema de crecimiento instalado.”

Yo entendía a qué se refería, lo que no sabía era si estaba lista.

Y con lista no hablo de conocimientos, hablo de esto:

Cuando ya recibes lo que quieres, suele pasar una de dos cosas:

Sigues en modo turbo porque la lógica lo pide (y terminas en burn out).

Te detienes porque ya llegaste a confort.

Pero en The Service Lab no hacemos lo común, hacemos lo que queremos.

Y con ella, el nuevo contexto era claro:

Tenía mínima capacidad para recibir clientes.

Así que seguir vendiendo en turbo no era la respuesta.

Le ofrecí dos caminos:

Pausar y disfrutarlo.

Seguir y disfrutarlo.

La clave estaba en entender cuál se alineaba con ella y cómo ese sistema base que visualizaba respondía a su nueva etapa.

Después de conversarlo, escogimos el segundo y definimos cómo se ve esa base.

Y ahora, estamos construyéndolo juntas.

______

Happy experimenting,

Karla Massiel

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