Tengo algo que contarte y algo que comentarte.

Primero, lo que quiero contarte.

Se resume en una frase:

Nos mudamos 🥳.

La casa es más bella de lo que imaginábamos.

Se siente un hogar tipo Constanza.

Dos habitaciones, dos pisos, un basement y salida directa al parque con pinos.

Lo que más me sorprendió es algo que en RD es común, pero aquí no tanto: tengo ferretería, farmacia, restaurantes y supermercado a 10 minutos caminando.

Y aunque mudarse siempre parece un gasto, esta casa es más una inversión: nos ahorramos un 30% mensual.

Eso sí , no veremos el retorno hasta el próximo año porque tuvimos que comprar el contrato.

La decisión la tomamos en marzo. Pagamos el fee de compra (porque el lease anterior no había terminado) y ya estamos aquí.

A diferencia del apartamento luxury, no tenemos piscina, gimnasio ni sauna incluidos. Tampoco cancha de tennis ni el trash collector.

Pero sí acceso a un recreational space (que tiene todo lo anterior y más) por suscripción, esta es una casa (no vecinos arriba) además de que tiene luz solar e internet incluido en el paquete.

Ha sido emocionante. Para ser sincera… Increíblemente emocionante.

Y digo increíble porque nos mudamos sin haber visto la casa antes (si, lo sé, una locura).

Pero así como ha sido emocionante…

También ha sido frustrante.

Venía de un viaje imprevisto a RD para renovar la visa, que de por sí fue emocionalmente exhaustivo, y llegué directo a la mudanza.

Aún no hemos terminado de desempacar.

Mi estudio en el basement está a un 60% listo.

La segunda habitación sigue siendo un misterio.

Y todavía hay pendientes de la apto anterior.

Ahora mismo te escribo entre cajas y espacios a medias.

Y como bien me conoces, vine a vivir presente y disfrutármelo.

Así que, después de dos días de percatarme con el ceño fruncido, tomé una decisión:

Me tomaré una semana para terminar.

Y aquí entra lo que te quería comentar:

Durante ese tiempo no me leerás, no recibirás nada de mí, ni de ningún lado.

Pero… sí estaré disponible por correo.

Así que haremos algo distinto: cambiaré mi semana de escribirte, por una semana donde me escribas tú a mí.

Cuéntame qué está pasando en tu vida.

Pregúntame lo que quieras.

Dime cómo puedo apoyarte.

Yo te responderé la semana siguiente.

Ya, eso es todo.

Nos vemos el lunes 8.

Y quién sabe… quizá para ese entonces ya descubrimos qué hacer con esa segunda habitación.

______

Happy experimenting,

Karla Massiel

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