Hace unas semanas vi algo en Netflix que me dejó asombrada.

Estaba viendo la serie de Tyler Henry, el médium de celebridades.

Y en uno de los episodios mencionan que su lista de espera tiene miles de personas.

MILES.

Esperando por AÑOS para tener una sola sesión con él.

🤯

Me quedé pensando en eso más tiempo del que esperaba.

Y no por el tema espiritual (a eso ya estoy acostumbrada).

Sino por lo que eso revela sobre el deseo.

Sobre lo que pasa cuando alguien quiere algo…

¿Qué hace que una persona espere tanto por algo?

Todavía no tengo todas la respuesta concreta a eso.

Pero lo que sí sé, es esto:

Las listas de espera son mucho más útiles de lo que la gente cree.

El detalle está en cuándo usarlas.

Y para qué.

En The Service Lab las usamos de dos formas concretas:

Cuando ya no puedes tomar más clientes, pues estás sold out.

Cuando decides pausar para reajustar tu servicio.

Y en ambos casos, la lista hace su trabajo en silencio:

– Organiza la demanda

– Mantiene el interés vivo

– Crea espacio para futuras ventas sin necesidad de lanzar otra vez

– Te da margen para testear ideas sin tener que abrir de forma pública

Una buena lista de espera no es solo una fila. Es un sistema.

Uno que sigue trabajando mientras tú te tomas una pausa.

Uno que prepara el terreno… antes de que tú estés lista para cosechar de nuevo.

Y la mejor parte es esta:

no necesitas tener una serie en Netflix para tener una.

Solo necesitas tener claro que decir “aún no” también puede ser parte de tu estrategia.

______

Happy experimenting,

Karla Massiel

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