Trabajaba con mis clientes de forma remota.

Y lo mejor: ya tenía a quién delegar.

Gran parte de la carga operativa ya no pasaba por mí.

Ya había elegido a los clientes con los que quería trabajar,

estábamos creciendo,

y el promedio por servicio andaba entre US$500 y US$1,000.

Ese mes había sido especial:

mi primer sold out

y el lanzamiento de un producto digital… al mismo tiempo.

Pero, aunque todo parecía estar funcionando,

yo estaba cansada.

No un cansancio físico.

Era mental. Silencioso. Acumulado.

De ese que no se va durmiendo, porque no viene del cuerpo:

Los fines de semana no eran realmente míos.

Y las horas libres tampoco.

Me la pasaba pegada al celular respondiendo mensajes. 

No por urgencias.

Era más como:

“Hey, me acordé de algo. ¿Puedes cotizarlo?”

O

“¿Le respondiste a X en Instagram? Te escribió que…”

Y aunque tenía apoyo,

aunque estaba ganando más,

aunque podía moverme con libertad…

No tenía espacio mental.

Parecía que sí, pero solo me desconectaba si ponía el celular en silencio.

Y aún así, lo revisaba a cada rato. Por si acaso.

La verdad es que:

Estaba… pero no presente.

Hasta que un día me di cuenta de algo:

esto también es parte de lo que tengo que rediseñar.

Porque si de verdad quiero sentirme libre,

no puede ser solo de locación o de horas en el calendario.

Tiene que ser *presencia real*.

Estar donde estoy.

Con la cabeza donde está mi cuerpo.

Así que empecé por lo más básico: WhatsApp.

Invertí en un plataforma y pasé a mis clientas para allá.

Primero con correos y luego con un portal que hasta voice notes permite mandar.

Ese fue el primer gran cambio y el inicio de todo un journey de vivir presente.

De esa experiencia viene el Freedom Factor de hoy es este:

Tiempo.

No solo el que ves en el calendario, sino el que recuperas mental y emocionalmente.

El tiempo es relativo, eso lo has escuchado.

Pero para mi, tiempo no es más horas, es horas intencionales.

Es poder estar mental y físicamente donde QUIERO estar.

Para apoyar a generar tiempo miramos dos ámbitos:

Tu servicio y tu proceso de conversión.

La libertad de tiempo se construye.

No es magia. Es estructura.

Y empieza con una pregunta simple:

¿Qué partes de tu servicio están robándote espacio, sin que lo notes?

Yo empecé por ahí.

Y mi respuesta fue WhatsApp inicialmente.

Luego aprendí más sobre optimización, sistematización y automatización.

Y con eso creé un sistema (el OBO System.) que ya cumplió su añito.

Es uno de los pilares para encontrar baches en The Service Lab.

Un proceso donde vemos todo el paso a paso de tu servicio, luego dejamos ir lo que no funciona y optimizamos lo que si.

Al finalizar, terminas con algo que no solo te emociona,

Te da libertad de tiempo,

No para hacer más,

sino para estar mejor.

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PS.

Si quieres que te apoye con esto, tengo cupos disponibles:

Conoce más detalles aquí

Happy experimenting,

Karla Massiel

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