Mi clienta dijo que no a una propuesta de US$5,000.

Y ese no… 

Le generó más de 2x con el mismo cliente.

Bajo sus términos.

No porque hiciera algo completamente distinto,

sino porque ya sabía qué tipo de trabajo si aceptaría y pudo explico el porqué.

Pero decir que no…

no fue una decisión inmediata.

Le tomó días.

Quizás por la misma razón que a mí también me tomaba días hacerlo, me explico:

Antes de decir que no,

me surgían dudas,

conversaciones internas,

y esa típica pregunta de:

¿Y si estoy diciendo que no a una buena oportunidad?

Ese “no” valía más,

Porque no estaba rechazando al cliente.

Estaba eligiéndome.

Y eso, cuando nunca lo has hecho, se siente incómodo.

Lo que estaba enfrentando no era solo un monto.

Era un cambio de enfoque.

Y el resultado marcaría un punto de expansión para mi o no,

Pues aceptar ese cliente significaba decirle sí a algo que no encajaba con lo que quería vivir.

Con cómo quería trabajar.

Y con lo que sabía que sí funcionaba tanto para mi y como para el cliente.

Eso es justo lo que imagino cada vez que uno de mis clientes se enfrenta a su primer no desde la autoridad,

en el caso de ella,

Días después de mucha consideración:

Dijo que no.

Y al poco tiempo, 

el mismo cliente volvió… solicitó otra propuesta,

Y esta estuvo más alineada, mejor pagada, y mucho más liviana para ambas partes.

Y fue así como ese “no”, me recordó algo más valioso que el ingreso inmediato:

La libertad de escoger.

Ese es el Freedom Factor de hoy:

Escoger.

Porque la libertad a veces se siente mucho más personal,

cuando sabes que puedes tomar una decisión sin sacrificar lo que tú necesitas para estar bien.

Y sí, esa libertad también se construye.

No se trata de lo lógica, en este tipo de libertad la lógica no juega el rol principal,

El rol principal lo tienes TÚ. 

Y te eliges a ti primero antes que a tu cabeza.

En The Service Lab lo trabajamos desde dos lugares:

Primero, desde tu autoridad.

Para que sepas sostener cuando digas que no.

Y luego, desde tu servicio.

Ahí es donde hacemos la parte más importante. 

Muchas veces, el “sí” automático viene de no tener claro los términos que tu servicio necesita para dar resultados sin agotarte.

Pero cuando estás claro de eso,

el “no” deja de ser rechazo y se convierte en expertise.

Porque cuando tú sabes qué apoya a generar los mejores resultados en tu servicio, 

también sabes qué proyectos no te convienen (aunque suenen bien en papel).

Y sí, 

yo también pensaba que ese tipo de decisiones solo se tomaban “cuando ya estás facturando más”.

Hasta que me vi pasar de US$500 mensuales a US$2,000 , a US$5000 en un mes y, aún así, seguía escogiendo lo que no me funcionaba.

Luego entendí que priorizar mi libertad de escoger, no venía con pre-requisito.

Y eso también está disponible para ti.

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PS.

Si quieres que te apoye con esto:

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Happy experimenting,

Karla Massiel

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