🧪The Freedom Factor: Lo que dices ≠ lo que eres
May 30, 2025 10:31 am
Antes de iniciar Hasta el 6 de Junio estaré recibiendo personas en The Service Lab Los correos de los próximos días tienen esto como norte. Como siempre, recibirás una perspectiva diferente ya sea que decidas acceder o no. |
No era su primera mentoría.
(Y si has leído los últimos correos, ya te vas dando cuenta de que ese es el factor común de muchas de mis clientas).
Tampoco era ajena a crear contenido.
Sabía lo que hacía.
Tenía presencia en redes, incluso un llevaba un podcast.
Así que no estamos hablando de alguien que no conocía las técnicas,
ni de alguien que no sabía comunicarse.
Lo estaba haciendo. A su forma.
Pero algo no funcionaba.
O mejor dicho: no le funcionaba.
Era como si su voz estuviera ahí…
pero no fuera completamente suya.
Lo interesante de todo es que…
no llegó a mí sabiendo eso.
Ni siquiera era su sospecha.
Según ella, lo que necesitaba era:
“Ser más constante.”
De hecho, en nuestra primera llamada me dijo:
“Quiero salir, hacer, accionar. Por eso estoy aquí.”
Y sí, claro que eso era parte del proceso. Pero no era la raíz.
Me metí de lleno en su marca.
Trabajamos todo: desde la estructura de su servicio hasta el enfoque de sus contenidos.
Pero lo que realmente afectaba su constancia no era el sistema.
Era otra cosa.
Su autoridad.
Y no me refiero a si sabía o no sabía,
sino a cómo estaba expresando eso que sabía.
Porque una cosa es hablar,
y otra muy distinta es comunicarte desde lo que realmente eres.
Y sobretodo cuando sacamos el disfraz,
Muchos hemos creado una versión de nosotras que se siente “cómoda” en redes.
Una versión eficiente, profesional, visible.
Pero pocas veces nos detenemos a preguntarnos:
¿Esto que estoy diciendo… me representa de verdad?
A eso me refiero con el disfraz.
No uno que se ve,
sino ese que suena correcto, pero no… auténtico.
Ella pensaba que su verdad era perfeccionismo.
Yo veía algo más claro: su mensaje no estaba a la altura de su autoridad, en calidad y en contenido.
Así que trabajamos justo en eso.
Primero, en identificar qué quería decir de verdad.
Después, en diseñar la forma de comunicarlo con fuerza, libertad y calidad.
Y eso no solo le dio más seguridad.
Le cambió la energía.
Hoy, casi dos años después,
sus opiniones son más fuertes, más claras, más posicionantes.
Y eso la ha llevado a espacios que antes soñaba:
conferencias, invitaciones, oportunidades que antes parecían lejanas.
De esa historia, nace el Freedom Factor de hoy:
Expresión.
La libertad de comunicar lo que realmente piensas,
a la altura de lo que sabes,
de lo que eres,
de lo que representas.
Pero esto, no es algo que me inventé yo. Es algo que de por si te dieron en Moral y Cívica.
A fin de que lo recuerdes,
Le pedí a CHATGPT que me diera una descripción formal:
“La libertad de expresión, es el derecho a compartir tus opiniones e ideas sin censura ni juicio.”
Seguro te suena conocido,
Pero esto… no va solo de derechos o deberes.
Va de algo más interno.
Esa energía que te recorre el cuerpo cuando sientes que estás hablando desde ti.
Desde lo que realmente quieres decir.
Sin filtro. Sin corrección automática. Sin autocensurarte.
Es esa sensación de: “Ahora sí tengo voz.”
Y cuando la tienes, lo sabes.
Porque compartirla ya no se siente como una oportunidad.
Se siente como una responsabilidad.
Ahora sé que suena Mágico pero realmente reconocerlo es más simple,
Eso es lo que trabajamos en la etapa de Autoridad dentro de The Service Lab.
No desde la estrategia.
Sino desde el reconocimiento.
Desde sacar al aire eso que siempre has querido decir,
pero que aún no le habías dado forma.
Primero lo nombramos.
Luego lo convertimos en contenido.
y por último, sales al terreno a compartirlo en tu propio formato.
No nos enfocamos en que el mensaje sea perfecto, nos enfocamos en que sea tuyo.
Y eso hace la diferencia,
Pues dejas a un lado el disfraz, y te comienzas a sentir tú.
______
PS.
Si quieres que te apoye con esto, tengo cupos disponibles:
PSS. Agregué una nueva sección con las preguntas que quizás no te atrevas a hacer al respecto 😌
Happy experimenting,
Karla Massiel
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