Domingo.

Día de descanso (dicen), pero también día de balance.

De mirar atrás y pensar:

“¿He hecho algo esta semana para avanzar con el piano?”

Y puede que sientas que no.

Que no has tocado tanto.

Que has estado flojo.

Que apenas has practicado.

Pero espera.

Haz memoria.

¿No hubo al menos un día que tocaste 10 minutos?

¿Una canción que sonó un poco mejor?

¿Un ejercicio que por fin entendiste?

El progreso real es así.

Silencioso.

Ingrato, incluso.

No tiene fuegos artificiales.

Ni aplausos.

Ni medallas.

Pero está.

Y lo notas justo cuando ya estabas pensando en tirar la toalla.

Hoy quiero recordarte esto:

La constancia no es perfección.

Es repetición.

Y si hoy repites…

Aunque sea un poco.

Aunque no sea perfecto…

Estás avanzando.

Y eso es lo que podras hacer, disfrutando, a tu ritmo, con buena compañía y recursos que te lo ponen fácil…

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Pasa un gran día.

Y si puedes… toca algo.

Aunque sea una nota.

Aunque solo sea para ti.

Javi 

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