En el mundo de los negocios, la métrica que más relevante es una:

El monto que generas.

Es decir, la cantidad que recibes a cambio de lo que haces.

Por eso es tan común ver cómo muchos mentores se enfocan en montos para explicar lo que pueden apoyar a generar.

$5K, $10K, $20K al mes.

Seguro te suena conocido,

Sin embargo, a lo largo de mis 10 años emprendiendo, descubrí que hay algo más importante que cuánto generas:

cómo lo generas.

Y sobre todo, que ese cómo se sienta tuyo.

Y cuando hablamos del cómo, siempre conecto con una de mis primeras clientas en The Service Lab.

Para ese momento, las sesiones duraban 3 horas (sí, literal🥹).

No teníamos todos los sistemas que usamos ahora, pero la emoción era la misma.

Con ella hicimos una versión temprana de lo que hoy llamo el Authority Review

(en ese entonces le llamaba Aligned Workshop).

Consistía en algo simple:

Hacer un montón de preguntas.

El objetivo era entender dónde estaba, qué buscaba, y cómo podíamos construirlo juntas.

Con ella fue aún más simple: ya habíamos trabajado juntas.

Identificamos el monto que quería generar y pasamos a la pregunta que terminó marcando el antes y el después:

¿Cómo se ve lograr eso para ti?

Pensé que diría algo como “comprarme una casa” o “pagar un viaje”.

Pero su respuesta fue otra:

“Volver a apuntarme en el volleyball.”

Resulta que estaba tan absorbida por sus clientes,

que había dejado a un lado una de las actividades que más amaba.

Y no era que no pudiera costearlo.

Era que ya no tenía espacio en su vida para hacerlo.

Y eso me dió el norte que buscaba.

No se trataba de cuánto generara, sino del cómo. De la libertad que le da el cómo genera.

Este no era su primer programa.

Pero sí fue la primera vez que entendió con claridad lo que generar como quería realmente significaba para ella.

Así que trabajamos para eso.

Rediseñamos su servicio con un solo objetivo:

Generar como quería.

Le dimos un upgrade recurrente a su oferta (nada complejo).

Reactivamos leads de un taller antiguo.

Y cerramos nuevos clientes.

Meses después, volvió al volleyball.

Y con eso aprendí algo que me acompaña hasta hoy:

No es cuánto ganas.

Es lo que ganar te permite.

Y de ahí nace el Freedom Factor de hoy:

Ganar.

La libertad de generar en tus propios términos.

No solo recibir dinero,

sino recibirlo como quieres vivirlo.

Y eso no se logra solo con más ventas.

Se logra sabiendo qué quieres primero,

y luego diseñando tu conversión para alinearse con eso.

En algunos casos, ese diseño se resume en 3 decisiones simples:

Reducir, Aumentar o Cambiar.

Reducir es:

Reduces la inversión de tiempo,

Reduces la inversión de dinero por cliente,

Aumentar es:

Aumentas la cantidad de clientes

Aumentas la cantidad por cliente

Cambiar es:

Cambiar el formato de tu servicio

Cambias el tipo de cliente.

Porque libertad que buscaba no estaba en recibir más porque sí,

Estaba en poder elegir *cómo* lo recibes.

Y eso es algo que priorizamos cuando tu freedom Factor es Ganar.

En el próximo correo te compartiré un derecho que también es sinónimo de libertad, pero que pocos implementan en su marca.

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PS.

Si quieres que te apoye con esto, tengo cupos disponibles:

Conoce más detalles aquí

Happy experimenting,

Karla Massiel

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