Uno de los logros de mi clienta JS esta semana fue:

Decir que no.

Y lo celebré con el mismo entusiasmo de quien celebra un cumpleaños. 

Esta es la razón:

La última vez que una de mis clientas dijo que no, un mes después terminó generando más US$15,000 del mismo cliente que rechazó. 

Cuando decimos que no se abre algo mágico, de repente comienzas a retomar el poder y reconocer que tienes libertad de elegir. 

¿Lo mejor de eso? 

El cliente también lo percibe. 

Y cuando me refiero a que lo percibe… 

No se trata del No, sino de lo que el no significa para ti y para él:

Respetas tu límites, calidad de trabajo, formatos y procesos…

Por lo tanto, respetarás los de ellos.

Claro, que también te arriesgas a dejar ir a dicho cliente.. 

Pero ambos escenarios, aún sales ganando, 

A la clienta de esta semana, aún no se ha convertido en inversión pero si se convirtió en algo que el dinero no puede comprar: 

La paz de saber que puedes escoger. 

Y ahora que eso pasó, en The Service Lab estamos trabajando en puntualizar a quién si quiere, y cómo lo quiere.

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Happy experimenting,

Karla Massiel

Por cierto,

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