🧑🏽🔬 Entré en aguas desconocidas (literalmente)
Aug 11, 2025 10:31 am
El Sábado fui a un lago.
Nada revolucionario pero para mí era mi primera vez.
No sé si lo sabes ya, pero Michigan tiene parte del mayor grupo de lagos de agua dulce del mundo… y aún así, yo nunca había ido a uno.
Nos levantamos a las 10.
Plan del día: farmers market con unos amigos y luego lago.
A las 11:30 ya estábamos en el mercado, después de ver a mi futuro nuevo amigo desayunar lentejas con huevo.
No nos conocíamos de verdad, pero sí habíamos coincidido antes.
Hoy sería distinto.
Paseamos por el mercado:
Yo, comiendo pierogis rellenos de cerdo de un señor ucraniano con poca destreza visual pero mucha culinaria.
Mi esposa, un cold brew tan intenso que parecía whiskey.
Ellos, en sus compras de rutina (después de todo el mercado quedaba justo detrás de su casa).
Pero el cuento no es del mercado. Es del lago. Así que adelantemos el reloj.
1:00pm.
Treinta minutos de trayecto.
Camino de rocas.
Parqueo.
Cambio de ropa en un “eco toilet” (sí mijo... una letrina).
Y ahí estaba, justo como me lo imaginé.
El lago.
El lugar era hermoso.
La compañía, era increíble.
Los niños jugando, la gente sonriendo.
Me sentía en una película de esas de verano, tanto que terminé sobre un tronco flotante viendo quién mantenía más el equilibrio, si mi nuevo amigo o yo.
Pasamos horas ahí, tan presente, entre melones y cuentos que olvidé tomar fotos.
Ya en casa, le dije a mi esposa:
“Ir con ellos fue la mejor idea. No creo que hubiera entrado al lago si no fuera por ellos.”
La verdad es que hubo una parte que no te conté...
Cuando pensaba en lagos, no solo veía eso.
Las primeras palabras que salían al pensar en un lago eran estas:
Frío.
Negro.
Hondo.
El lago estaba súper frío. El fondo súper negro, nada que mirar abajo, y el lugar súper hondo de un minuto para otro.
Pero nada de eso cruzó por mi mente, pues gracias a mi compañía el lago se sintió distinto, ellos ya tenían experiencia y yo sabía que no era su primera vez.
Ahí pensé en cómo eso es lo mismo que aplico a otras áreas de mi vida:
Por alguna razón, , el riesgo percibido se reduce cuando estás con alguien que ya ha vivido lo que tú quieres vivir,
Pero no solo que lo haya vivido, sino que lo haya hecho de la forma en que tú quieres vivirlo.
Por eso:
Cuando decidí volver The Service Lab a un modelo de suscripción, me guié de alguien que ya había facturado US$300,000 así mientras subía fotos en Sandalias y hablaba de sandías.
Cuando necesité entender impuestos en EE.UU., agendé con un experto.
Cuando quise manejar mis finanzas aquí, contraté un asesor y seguí libros paso a paso de gente que ya tenía el esquema que quería.
No porque no supiera cómo hacerlo, sino porque quería disfrutar el proceso.
El lago es lo mismo:
Sí, podía llegar sola.
Sí, podía entrar sola.
Pero con ellos, la experiencia fue hermosa.
Así que, si hay algo que quieres hacer, esa misma es mi invitación para ti:
Date el permiso de tener a alguien que te acompañe y reduzca tu riesgo percibido.
No porque esa persona sea mejor que tú, sino porque ya lo vivió de la misma forma en que tú quieres vivirlo y así te das el espacio de no solo hacerlo, sino de disfrutarlo.
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Happy experimenting,
Karla Massiel
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