🧑🏽🔬 Lo que realmente deseamos, no está en un vitrina
Sep 08, 2025 10:31 am
Esta es una reflexión que hice hace unas semanas:
Somos las memorias que creamos.
El problema es que muchas veces asociamos esas memorias a productos.
Y entendemos que para tener dicha memoria, necesitamos dicho producto..
La razón por la que terminamos confundiendonos, es precisamento por la carrera que estudié:
Publicidad.
La publicidad tiene el poder de influir en las memorias que queremos crear. Lo hace evocando emociones que nos hacen pensar que lo que sentimos al ver un mensaje lo vamos a sentir con ese producto.
Y ahí empieza la trampa: creemos que deseamos el producto… pero lo que realmente deseamos es la emoción y memoria que nos hicieron creer que ese producto nos generará.
Lo sé porque literalmente me lo enseñaron.
En “Psicología del consumidor”, una de las materias principales, aprendí a entender cómo piensas y sientes para después usar técnicas de persuasión que generen esas sensaciones a favor de una marca.
El resultado: terminas asociando un producto a una emoción.
Y cuando lo compras, crees estar comprando una futura memoria.
Pero esa memoria nunca fue nuestra.
Por eso cuando compras no siempre lo disfrutas.
Por eso aparece el vacío.
Y por eso buscamos llenarlo con “el siguiente”:
El siguiente carro.
La siguiente casa.
El siguiente modelo.
Cuando en realidad, el problema no está en el objeto, sino en que ese deseo no fue natural, fue inducido.
La publicidad ya te hizo sentir algo en el anuncio/campaña/mensaje, y ahora piensas que al tener el producto podrás generar esa emoción cuando quieras.
Y no pasaba nada, cuando tu literalmente escogías cuando influenciarte.
Pero ahora es distinto,
El reto es que hoy pasamos más horas influenciados que en silencio:
Redes sociales, anuncios, streaming, vallas, canales… todo el tiempo.
Y al final, ya no somos tan conscientes de qué emociones son realmente nuestras y cuáles fueron fabricadas.
Que memorias realmente queremos generar,
Que productos realmente queremos tener,
No por otros, sino por nuestra propia intención.
Así que si, , Sí, somos memorias.
Pero no siempre las que queremos ser, porque dejamos de ser conscientes de cuales estamos escogiendo.
Por eso, mientras más consciente soy de las emociones que quiero vivir y más intencional en escoger mis propias memorias,
menos persuadible me vuelvo,
menos me afecta la influencia externa,
y menos me creo que algo fuera de mí tiene la respuesta a lo que realmente quiero.
Lo que realmente deseamos, no está en un vitrina.
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Happy experimenting,
Karla Massiel
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