Ayer te dejé con la pregunta de cómo salí de ser peón de mi propio servicio. La respuesta fue simple:

Decidí que el caos no era mi única opción.

Mi gran epifanía fue entender que si ya tenía servicios de más de $1,000, lo que necesitaba no era más esfuerzo, sino la arquitectura correcta para sostener mi servicio y crecimiento.

La fuerza bruta ya no era la respuesta.

Y eso es lo que puede estar pasando contigo ,

Estás tratando de construir un futuro de libertad con cimientos improvisados. Y cuando eso pasa, tu energía se va en resolver en lugar de crear.

Esto es lo que he confirmado en estos años:

Si tu servicio tiene el esqueleto correcto, tú recuperas la libertad de escoger:

Escoger dónde va tu energía (a crear, no a apagar fuegos).

Escoger cuándo y cuánto trabajas.

Escoger la confianza para subir tus precios.

El esqueleto del servicio es lo que te da la libertad. Pero eso no es algo que se construye desde cero (como quizás te han vendido), sino algo que extraemos y pulimos de lo que ya te funciona.

Mañana te muestro el proceso que uso para que la alegría de un cliente nuevo sea pura celebración (y te cuento cómo puedes construir este esqueleto conmigo).

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Happy experimenting,

Karla Massiel