Tenías dos meses con un restaurante en la mira…

Habías visto varios comentarios de un buen amigo que te lo recomendó.

El no ha ido al restaurante, pues es nuevo, pero si conoce al Chef.

Su comida.. exquisita.

Su atención.. insuperable.

Decidiste que este mes por fin irás:

“Ya si, reservaré para el próximo domingo”

no te aguantas las ansias, recién es lunes pero si es por ti, las horas volarían.

¡Llegó el Domingo!

Te despiertas con la misma emoción de quien rentó un hotel en Disney.

Tomas las llaves del carro, cierras la puerta e inicias el viaje.

La barriga suena, pero no importa, porque vamos a un festín.

Todo el camino te la pasas cantando y sin darte cuenta por fin llegaste al restaurante.

Valet parking incluido.

“¡Qué Alivio!” Piensas,

considerando que no tendrás que esperar un minuto más.

Decides entrar y ya estás en tu mesa,

La mesera te recibe con una sonrisa y la respectiva copa de agua.

Luego se va…

Decides buscar en la mesa:

“Quizás es que hay algún código QR”

Nada.

Por un momento te frustras pero piensas… 

“Ah, déjame hablar con la mesera”

Llamas a la mesera, que con una sonrisa y muy buena disposición vuelve a atenderte.

“Si, me gustaría ver el menú, no lo encuentro”

“¿El menú?”

“Si, los platos que tienen”

“Ehm, disculpe señor, no hay menú”

….. 

piensas dentro de ti “¡¿Qué rayos?!”

La mesera percibe tu cara de frustrado y continúa…

“La forma en la que funciona es que usted nos pide lo que desea comer, y nuestro chef le hace una cotización que luego de aprobada por usted, pasamos a cocinar ”.

_____

Eso es lo mismo que viven tus clientes cuando no tienes servicios definidos.

Puedes tener el mensaje, la atención y el expertise.

Pero si tu servicios no están definidos, si no tienes que ofrecerle para “Saciar su hambre”, la experiencia deja de ser relevante.

No porque no tengas buenos procesos sino porque:

¿Qué Chef no tiene platos recomendados?

En fin, quieres convertir a clientes pero no tienes nada que ofrecerles.

Ahí radica el principal obstáculo.

Y claro, puedes hacer propuestas personalizadas, pero en los 3 días que te toma crearlas y enviarlas, estas perdiendo un tiempo preciado de conversión.

La idea es crear balance,

Uno que sacie el hambre de tu cliente al mismo tiempo que posiciona tu expertise y otro que apoye aquellos que quieren una experiencia más personalizada,

Eso es lo que podemos crear en The Service Lab,

En la tercera sesión ya podrás tener un menú definido, así puedes mostrarte con autoridad delante de tus clientes y de paso sentirte más seguro en las conversaciones,

Escribe LAB y te envío los detalles,

______

Happy experimenting,

Karla Massiel