A veces escuchas a alguien tocar y te preguntas:

”¿Cómo puede sonar así si apenas lleva tiempo?”

Ni magia, ni talento sobrenatural, ni gaitas.

Es que han incorporado pequeños hábitos que marcan una diferencia brutal.

Hoy te voy a contar tres de ellos.

Ni uno, ni dos... tres. 

Y al final, te invito a probar uno muy sencillo que puedes practicar desde ya.

1. Escuchan más de lo que tocan

No se lanzan a aporrear el piano.

Primero escuchan grabaciones, analizan el sonido, la intención, el fraseo.

Entienden que el oído entrena antes que las manos.

2. Repiten con propósito

No repiten por repetir.

Aíslan errores, estudian lento, hacen ajustes conscientes.

No tienen miedo de parar, reflexionar y volver a empezar.

3. Respiran mientras tocan

Puede sonar raro, pero es clave.

Los que suenan bien, respiran con la música.

No corren, no atropellan, no se tensan.

Fluyen.

🎯 El ejercicio que te propongo:

Toca hoy algo muy sencillo (una pequeña pieza o una sección de la pieza si esta es más extensa).

Y antes de cada frase, respira. Literalmente.

Hazlo como si el piano tuviera que seguir el ritmo de tu respiración.

Verás cómo cambia todo.

Me gustaría que lo probaras y me contaras cómo te ha ido.​​​​​

Y si quieres aprender canciones con un método innovador, paso a paso, con guía, sin prisas y mezclando varios enfoques aprendizaje, el Song Club es para ti.

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Un abrazo.

Pasa un gran día,

Javi

P.D. A veces no se trata de tocar más, sino de tocar mejor. Empieza por respirar. Y si te sirve, cuéntame qué notas después de probarlo.

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