Hoy te traigo 3 hábitos que repiten los pianistas que progresan de verdad:

(No, no son tocar con la luz de las velas ni tomarse un vino antes de practicar; aunque oye, cada uno con sus rituales).

1. Repiten lo que no les sale.

Los que mejoran no son los que más tocan.

Son los que repiten lo incómodo hasta que deja de serlo.

Machacan lo que suena feo… Hasta que empieza a sonar como si lo hubiera tocado Chopin después de dos cafés.

2. Practican aunque no tengan ganas.

Porque la motivación es como el WiFi del vecino: Va y viene.

En cambio, la disciplina es esa red segura que nunca falla.

Y es que el progreso no depende de si hoy estás inspirado.

Depende de si te sientas al piano aunque el sofá te susurre cosas sucias.

Media hora mal hecha vale menos que quince minutos con intención.

Y si solo puedes 5… que esos 5 valgan oro.

3. Se graban.

Sí, sí. Aunque duela.

A veces uno se escucha y piensa:

“¿Eso he sido yo o se ha colado una flauta desafinada del vecino?”

Porque cuando te grabas, te das cuenta de que…

eso que en tu cabeza sonaba a Beethoven, en realidad… 

era más bien Paquito el Chocolatero en los Sanfermines.

Grabarse es como mirarse al espejo antes de salir de casa.

Te ayuda a ver lo que no ves cuando estás tocando.

Si quieres avanzar, disfrutar del proceso y formar parte de algo muy especial que está en marcha…

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Pasa un estupendo día,

Javi 

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