El mes pasado llevamos a Lilo a Emergencias. 

Tenía varios días maullando más de lo normal, 

Lilo, a diferencia de Lunita, no habla tanto a menos que quiera algo.

Para ese momento fuimos al checklist: 

- Agua ✅

- Comida ✅

- Cepillo ✅

- Cajas ✅

Ninguna de esas era la situación. 

Así que seguíamos evaluando que pasaba. 

Al día siguiente se despertó, maullando fue a la oficina y se orinó en la alfombra. Así supimos que algo andaba mal:

No hizo la cantidad acostumbrada.

(Si, sabemos cual es su cantidad acostumbrada de orina, nuestros gatos son nuestros hijos.)

Acto seguido, comenzamos a hacer llamadas para verificar que hacer. Su veterinaria nos indicó de ir a Emergencias lo antes posible pues dependiendo de su estado puede estar en peligro de muerte. 

Llamamos a un Uber,

Lilo aún seguía activo, lo suficiente como para que tengamos que persuadirlo para que finalmente entre al Carrier. 

Al llegar a Emergencias no podían atenderlo de inmediato pero si lo recibirían y harían el triage. 

Fuimos a un restaurante a esperar la respuesta que probablemente tomaría horas.

Y así fué, 4 horas más tarde teníamos respuesta: 

Una infección de orina.

Le indicaron antibióticos y una droga para el dolor, pero Lilo aún no estaba fuera de peligro. 

”Deben estar al tanto, si se pone letárgico deben llevarlo de inmediato."

"¿Cómo sabremos eso?"

”Ustedes se darán cuenta, conocen a su gato."

Las indicaciones menos claras que he tenido, si soy honesta. 

Los días siguientes casi no dormimos, y Lilo aún no estaba normal. Hasta el día 3.

Nunca había celebrado una orina como en ese momento, Lilo por fin fue al baño y estaba orinando normal.

Ahí supimos que todo, finalmente estaría bien. 

Hoy Lilo aún sigue medicado, lo llevamos a un seguimiento y nos indicaron que aún tiene la infección. Han pasado tres semanas, pero nada como ese día.

Así que seguimos confiados en que seguirá bien. 

Y bueno, Lunita no lo suelta, así que de ánimos no me preocupa.

Ahora, tu gran pregunta: 

¿Por qué te cuento esta historia? 

Por dos cosas:

1. Porque me gusta compartir contigo, y mis hijos gatunos son parte de quien soy.

2. Porque viví esa historia justo como la conté. Sin preocuparme por el monto o cuanto sería. 

Y esa última parte hizo evidente lo importante de los sistemas que llevo y de la vida que creé.

Cuando fuimos a Emergencias sabíamos exactamente de donde vendría el dinero. 

Cuando llegamos a Casa, pude estar presente en todo momento de lo que pasaba con Lilo porque trabajo desde donde quiero. 

Esas dos cosas, son las que nunca tomaré por sentado. 

Y al mismo tiempo son las mismas cosas que me motivan a aportar lo que sea que aprendí para apoyar a quienes quieren a crear esa misma realidad con sus servicios.

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Happy experimenting,

Karla Massiel

Lilo, El Papazzo, les manda saludos:

Por cierto,

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