Esta fue mi conversación hace unas semanas con un cliente. 

Llevamos años trabajando juntos en varios proyectos, 

En este caso, me escribió por Whatsapp así que reestablecí lo que acordamos como medio.

Y te muestro esto por algo simple:

Sí, puedes ponerle límites saludables al cliente. 

Y sí el cliente los va a respetar.

Me costó mucho tiempo entender esto, sobretodo porque venía del pensamiento de que el cliente siempre tiene la razón. 

Después de años entendí que al cliente no le interesa tener la razón, le interesa cumplir las expectativas que se hizo de tu servicio. 

Y mientras más alineada está esa expectativa desde el inicio, más ambos se disfrutarán el proceso.

Pero la responsabilidad de alinear esa expectativa recae en ti, no en el cliente. 

Al final, eres tú que pones las reglas del juego, 

Más que nada porque esas reglas te apoyarán a dar un mejor servicio, que es justo lo que tu cliente quiere cuando te contrata. 

Ahora, sé que poner límites no es algo sencillo,

Por eso cuando trabajamos juntos enseño a mis clientes algo a lo que llamé:

Onboarding Call.

En el onboarding se establecen los límites, los procesos y demás. 

Y en The Service Lab lo trabajamos juntos, más que nada para que sea más fácil cuando vayas a presentarlo al cliente. 

Poner límites es algo que aprendí en Terapia, y me llevó mucho tiempo. 

Por eso lo simplifiqué en las sesiones y así mis clientes pueden vivir su proceso personal tranquilos, sin dejar de poner límites en su servicio.

Es más fácil recordar un límite que ambos acordaron al inicio que plantear un límite luego de haber iniciado.

Al final, con los límites, todos salen ganando.

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Con amor,

Karla Massiel

Por cierto,

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