Es simple:

No quería ver a mi cliente como el enemigo.

Me explico…

Veo constantemente cómo mis clientes llegan frustrados porque sus propios clientes no entienden sus servicios:

”Es que ellos deben entender el trabajo que implica"

”Es que el cliente quiere todo para mañana"

Siento que estamos tan acostumbrados a ese tipo de perspectiva que nos cuesta entender que hay otra posibilidad. 

Una donde el cliente ya lo entiende, donde te emocionas cada vez que toca una sesión porque trabajas con quien realmente quieres. 

En esta opción, el cliente ya no es el enemigo, porque atraes a quienes aprecian y entienden tu servicio.

Estás creando relaciones saludables y eligiendo clientes alineados contigo.

Para mi es hasta más simple de ahí:

No me casaría con alguien que acabo de conocer, ¿por qué empezaría una relación laboral con alguien que aún no conozco?

Especialmente cuando mi servicio requiere días de trabajo, horas de reuniones e intercambio de energias. 

Por eso inicié a calificar y por eso apoyo a mis clientes a hacer lo mismo.

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Con amor,

Karla Massiel

Por cierto,

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