Esto lo estás leyendo gracias a mi mujer.
Ayer me recriminó que lo tengo todo controlado y necesito saber hasta cuantos garbanzos se le echa a la paella.
No para cocinar, odio cocinar.
Con la cantidad de garbanzos utilizados se podría saber para la periodicidad de compra de garbanzos para decidir el tamaño del bote.
Lo definió como "Defecto de fábrica".
Quiso decir "deformación profesional" o eso espero.
Yo entendí de sus palabras que es porque me dedico a la gestión.Y me dedico a la gestión de proyectos porque tengo las habilidades para ello. Para cocinar, no.
Para mí es algo normal, lógico y hasta necesario para todo. Según su visión parece que es un defecto.
Me sugirió que no era normal y que es una ventaja que quizá otros necesitan (como ella).
Me convenció y aquí estoy, dispuesto a compartir mi forma de pensar y actuar.
Lo que para uno es ordinario para el resto es extraordinario.
Te voy a enviar todas las semanas un email con una idea.
La ventaja de contar ideas es que meten la semilla en tu cerebro.
Día tras día la riegas, la tocas mientras crecen y, tarde o temprano, te van dando frutos.