🎹 La recompensa de enseñar (Agradecimiento a todos mis alumnos)
Apr 11, 2025 9:13 am
Ayer te conté que cerraba una etapa.
Al salir de clase por última vez, no llevaba libros.
Ni partituras.
Ni prisas.
Solo un nudo en la garganta… y el móvil lleno de mensajes.
De esos que no se borran nunca.
Hoy quiero hablarte de lo que más me ha costado.
Y no, no han sido los viajes al trabajo.
Ni el gasoil. Ni los atascos.
Ni las condicones laborales.
Lo que más me ha costado ha sido esto:
“Gracias por hacerme tan fácil engancharme al piano.”
“No te olvides de que fuiste mi profesor favorito.”
“Se te va a echar mucho de menos. Andrés te quiere un montón.”
“Espero que la vida nos vuelva a reunir. Por supuesto que te seguiré.”
Paula me decía que fui su profesor favorito, que me va a extrañar muchísimo y que gracias a mí ha avanzado más de lo que imaginaba.
Andrés se quedó a cuadros cuando su madre le dijo que ya no seguiríamos.
Y ella me agradecía, como madre, que durante todos estos años hubiese acompañado y enseñado a su hijo con paciencia y cariño.
Mercedes, la madre de Miguel, me confesaba que sentía tristeza.
No solo porque Miguelito no pudiera seguir conmigo, sino porque “con las ganas con las que enseñas, haces que se enamoren de lo que hacen”.
Gabriel me recordaba que, aunque al principio no colaboraba mucho, “siempre que me he puesto de mi parte, todo se me hizo más fácil contigo”.
Y podría seguir… Porque estos días he recibido mensajes que me han roto (y reconstruido) por dentro.
Algunas palabras las he tenido que leer dos veces.
O tres.
Mensajes de Celia, Elena, Pepa, Pilar, Mercedes, Maira, Ana Rosa, Mª Mar, Aída… todas me escribieron.
Con ternura, con respeto, con agradecimiento.
Mensajes que me recuerdan que esto no va solo de enseñar escalas y piezas.
Va de tocar vidas.
Y eso no se despide, ni se olvida.
Me los guardo todos. En la galería y en el pecho.
Y desde aquí, les mando un GRACIAS en mayúsculas.
Por confiar.
Por aguantar mis broncas y mis chistes malos.
Por crecer.
Por practicar.
Por seguir.
Y por demostrar que cuando hay cariño, compromiso y música, no hay despedida que duela del todo.
Porque cuando te vas de un sitio por convicción, con la certeza de estar haciendo lo correcto, lo que más duele no es lo que dejas atrás.
Es a quién dejas atrás.
Pero también sé que esto no es un adiós.
Hoy me siento más fuerte, más libre y más agradecido.
Y con más ganas que nunca de seguir compartiendo contigo lo que sé y lo que soy.
Es un cambio de etapa.
Una nueva etapa en la que tengo la suerte de poder seguir enseñando, acompañando y compartiendo mi amor por el piano contigo, y con todos los que siguen al otro lado de esta pantalla.
Así que ya sabes, si tú también estás en este camino del piano…aunque no tengamos clase presencial, aunque no nos veamos cara a cara…sigo aquí.
Ahora, con más tiempo.
Con más ilusión para dedicarme a lo que de verdad importa.
A ti.
A la música.
Y a todo lo que podemos crear juntos.
Con un proyecto que cada día toma más forma: el Song Club.
Un lugar donde quiero que todo lo que antes hacía en una clase, ahora llegue mucho más lejos.
Donde las canciones, las emociones y el aprendizaje se unan para que cada persona disfrute del piano a su ritmo.
Y de momento, está en lista de espera.
No sé tú…
pero yo ya tengo ganas de abrir esas puertas.
¿Por qué hacerlo ahora?
• Porque tendrás acceso anticipado.
• Porque recibirás una oferta exclusiva cuando abra.
• Porque podrás pedirme canciones.
• Y porque quiero que estés desde el principio en algo muy especial.
Gracias por estar ahí.
Por leerme.
Por acompañarme en este salto al vacío con red de teclas.
Un abrazo de los que dejan eco.
Pasa un estupendo día,
Javi
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