Voy a contarte una historia que podría ser perfectamente el guion de una peli navideña.

El protagonista era yo, un crío de 11 años con más nervios que técnica, pero con muchas ganas de lucirme en el concierto de Navidad de la escuela.

Cuando era niño, había algo que me hacía más ilusión que cualquier regalo: el concierto de Navidad de mi escuela. 

Era EL MOMENTO del año. 

Todo el mundo se vestía con sus mejores galas, las familias venían con cámaras de fotos (de esas analógicas, sí, soy de esa generación), y los nervios estaban a flor de piel.

Ese año, me había tocado tocar “Noche de Paz”.

Y, entre tú y yo, de paz no tenía nada: 

Era una pieza sencilla, en teoría, pero si me hubieras escuchado en los ensayos… ¡madre mía! 

Las notas no sonaban limpias, la mano izquierda iba a su bola, la mano izquierda parecía estar peleándose con la derecha, y yo sudaba más que un muñeco de nieve al sol. 

Cuando intenté añadir la voz cantando, aquello ya fue un desmadre absoluto. 

Imagínate...aquello parecía cualquier cosa menos música navideña.

El caso es que mi profesora (bendita mujer), después de un ensayo especialmente desastroso, me dijo algo que me marcó para siempre:

“Toca despacio. Escucha las notas. Escucha cómo se conectan. Déjalas respirar. No te preocupes por lo rápido o lo lento que vas, preocúpate por cómo suena. El piano no se trata de correr, se trata de emocionar.”

Ese consejo lo cambió todo. 

Y lo puse en práctica. 

Bajé el tempo, me concentré en que cada nota tuviera sentido, en que las manos trabajaran juntas, y en que la música fluyera.

No sé qué pasó, pero cuando empecé a tocar con calma, como si cada nota contara una historia, “Noche de Paz” dejó de ser un villancico cualquiera y se convirtió en una cancion especial...

Ese concierto de Navidad fue la primera vez que toqué el piano con confianza y me aplaudieron por primera vez sin lástima (o eso quiero creer). 

Y, más importante aún, sentí por primera vez lo que era hacer música de verdad.

¿Por qué te cuento esto? 

Porque quiero que tú también tengas tu momento.

Porque sé que, aunque no lo creas, hay un pianista en ti que está esperando salir.

Cada vez que recuerdo esa historia, me doy cuenta de lo importante que fue tener a alguien que me guiara y materiales que me ayudaran a mejorar.

Y eso es lo que quiero ofrecerte con el Pack “Maestro del Piano – Especial Navidad", para que no tengas que esperar otro año más viendo cómo los demás tocan. 

Esto es lo que incluye (y lo que te ayudará a conseguir tus propias historias como esta):

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Y Presta Atención: 

“Hoy, sólo durante las próximas 24 horas, al adquirir el Pack Maestro del Piano Especial Navidad, te llevas un 🎁BONUS extra, porque hoy estoy generoso.

Recibirás esta mini-clase exclusiva llamada ‘Cómo formar acordes extendidos para enriquecer tus acompañamientos’. 

Con ella, tus villancicos sonarán con un color armónico diferente, más sofisticado y cautivador.

 Esta micro-clase no volverá a estar disponible gratis después de mañana. Es tu oportunidad de darle un giro a tus interpretaciones navideñas.

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Mañana desaparece.

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No te lo digo por meter presión, pero ya te veo en el próximo concierto navideño siendo la estrella. 

Y si no hay concierto, no importa: en tu salón, con tu piano y tus villancicos, puedes ser el alma de la fiesta.

Pasa un gran día,

Javi Nieto

P.D1: El 31 de diciembre se acaba esta oferta, igual que el año. Y el bonus se esfuma esta noche y no, no volverá.. Haz clic y no dejes que se te escape, aquí.

P.D2. Si ya has comprado el pack anteriormente, no te preocupes. La micro-clase estará disponible a un precio especial solo para ti. Escríbeme respondiendo a este email y te paso el enlace secreto. No quiero que te quedes sin mejorar tus acordes navideños.

P.D3: Si tienes un amigo o familiar al que le guste la música, pásale este e-mail y dile que se suscriba. Igual se anima a aporrear las teclas. Aquí.