Estás tranquil@, navegando por Internet, quizá perdiendo el tiempo un poco (como hacemos todos de vez en cuando), cuando de repente te encuentras con un vídeo:

“Niño de 5 años interpreta Rachmaninoff”.

Y claro, lo típico. 

Le das clic. 

Solo por curiosidad, te dices a ti mism@.

¿Qué puede hacer un crío de 5 años?

Pues ahí lo tienes: un renacuajo que apenas llega a los pedales, dándole al piano como si hubiera salido del vientre reencarnado en Beethoven.

¿Y qué piensas tú? 

”¿Pero qué narices…? 

Ves al mini-Mozart destrozar las teclas, mientras se te congela el café en la mano. 

¿Cómo demonios alguien que todavía no sabe ni atarse los zapatos puede tocar así?

Y lo más importante, ¿qué estaba haciendo yo a esa edad?

A su edad, yo apenas sabía distinguir el velcro de los cordones y a duras penas sabía que había dos canales de tv. 

Y ahora, con mi edad, piensas, sigo peleándome con ‘Para Elisa’”.

Te entiendo. 

A mí también me pasó. 

Es ese momento en que piensas que el tren ya se fue, que esos niños genios ya están a años luz de ti, y que nunca vas a alcanzar ese nivel.

Es frustrante, lo sé.

Pero ¿quieres saber una cosa?

La música no es una competición. 

No tiene fecha de caducidad. 

Mientras esos crios pasan horas y horas encerrados, practicando como si les fuera la vida en ello, muchas veces por presión de otros, tú puedes disfrutarla a tu ritmo. 

Sin compararte. 

Sin frustrarte.

Yo lo hice. 

Durante años pensé que nunca sería lo suficientemente bueno, que había perdido la oportunidad.

Y me frustraba. 

Mucho.

Pero luego me di cuenta de algo: la música no se trata de ser el mejor, se trata de disfrutar. 

De reírte cuando fallas, de saborear cada pequeño avance, y sobre todo, de tocar para ti mismo.

Y aquí es donde entra mi Guía ​​​​del imperfecto pianista.

En ella te enseño cómo dejar de compararte con esos mini Mozart que ves en YouTube, cómo dejar de lado las expectativas y empezar a disfrutar el piano como se debe y comparto contigo cosas como:

   •   Disfrutar del piano sin importar tu edad o nivel.

   •   Liberarte de comparaciones absurdas que solo generan frustración.

   •   Encontrar tu propio ritmo y estilo, haciendo de la música una experiencia personal y gratificante.

No importa cuándo empieces, lo que importa es cómo lo disfrutas. 

Deja de pelearte con las teclas y empieza a sentir la música como debería ser: libre y tuya.

Si te has sentido como yo alguna vez, si cada vez que ves a esos críos tocar sientes que te quedas atrás, te digo algo: nunca es tarde. 

Haz clic y empieza a disfrutar del piano sin presiones ni comparaciones.

>>Quiero disfrutar del piano sin presiones ni comparaciones

Gran día

Javi Nieto

PD1: Los únicos límites son los que tú mism@ te pones. Si sigues dejando que los demás definan lo que es bueno o no, vas a quedarte siempre atrás. Es hora de romper esas cadenas. Aquí.

PD2: Si conoces a alguien que también se frustra viendo a esos pequeños prodigios, mándale esta guía. Le vas a hacer un favor. Arriba.