Ayer recibí varios correos de algunos suscriptores preguntándome qué me había pasado.

Uno me dijo que cada día se sienta con el café a las 11:11 esperando mi historia.

Otra, que extrañó abrir el correo y no ver ese asunto con aire de piano, de humor o de reflexión.

Y sí, tenían razón.

Desde octubre, he escrito todos los días. 

Sin falta.

A veces con algo útil.

Otras con algo inspirador.

A veces con una historia, una canción, una anécdota.

Pero siempre con la intención de aportarte algo desde el piano.

Pero ayer no.

Ayer fue la excepción.

El primer día que no envié mi email diario.

Y no fue por olvido, ni por falta de ganas.

¿La razón?

Fue porque estaba viviendo una historia de verdad. 

De las grandes.

Te voy a contar algo muy personal:

Ayer, después de muchos años de trabajo, me despedí de mi jefe.

Sí. Literalmente.

Después de mucho esfuerzo, desgaste y decisiones difíciles, ayer cerré una etapa.

Una etapa en la que me sentía limitado, poco valorado… como si tuviera que pedir permiso para brillar.

A veces, uno se acostumbra a que le corten las alas.

Y lo peor: cree que volar es solo para otros.

Pero llega un día en el que decides que no vas a seguir encajando en un lugar donde no puedes crecer.

Y ese día, fue ayer.

Ahora empieza algo nuevo.

Más incierto, sí.

Pero también más libre, más alineado conmigo, con lo que quiero construir, con lo que quiero compartir contigo cada día.

Así que, aunque ayer no te escribí, hoy estoy más presente que nunca.

Con más claridad. Con más tiempo. Y con más ganas.

Tengo muchos proyectos entre manos.

Uno de ellos, quizá ya lo conoces: el Song Club.

Un espacio donde vas a poder aprender canciones con calma, con sentido y con un método innovador que mezcla técnica, diversión y emoción.

Y justo ahora, está en lista de espera.

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• Y la sensación de estar en algo grande desde el principio

Gracias por estar al otro lado.

Esto no es solo una lista de emails.

Es una comunidad de personas que, como tú, no quieren dejar el piano para “cuando haya tiempo”.

Y créeme: ahora yo tengo todo el tiempo del mundo para ayudarte.

Un abrazo grande,

Javi

P.D. Si este email te ha resonado, reenvíaselo a alguien que también esté cerrando etapas o buscando un nuevo comienzo. Y si te lo han reenviado, puedes unirte a la newsletter aquí