Esto que te voy a contar lo aprendí hace años,

y desde entonces lo aplico como si fuera el Padrenuestro del pianista serio:

Cuando practiques un pasaje complicado,

NO lo cuentes como “aprendido” hasta que no te salga bien 3 veces seguidas.

Sí, sí… tres.

No una, no dos…

Tres veces seguidas sin errores, sin pararte, sin cruzar los dedos esperando que suene bien.

¿Por qué tres?

Porque una vez puede ser chiripa.

Dos puede ser suerte.

Pero tres veces ya es señal de que el cerebro empieza a consolidarlo.

En ese momento… algo hace clic.

Y cuando lo hace, puedes pasar página sin miedo a que mañana se te haya olvidado todo.

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Pasa un gran día,

Javi

P.D. ¿Tienes a ese amigo que dice “ya me sale” pero nunca le sale igual dos veces? Mándale esto. Y si este email te llegó reenviado, apúntate a la Newsletter aquí.