Te presento a Keith Jarrett por si no te suena:

Pianista de jazz, improvisador salvaje, maniático del sonido, y capaz de convertir un suspiro en música. 

Y de esos que, si el piano no está perfecto, monta en cólera, y con razón.

Corría 1975 en Colonia.

Noche cerrada.

Jarrett ensaya para tocar en un concierto solo al piano.

Problema: el piano que le ponen es un desastre.

Graves apagados, agudos chillones, el pedal medio roto...

Jarrett dice “con esto no toco”. 

Y se va hacia la puerta.

La promotora del concierto, 17 años de determinación pura, lo para.

Le pide que lo intente, que haga lo que mejor sabe: 

improvisar y salvar los muebles.

Jarrett vuelve al escenario, se sienta…

y decide hacer música con lo que hay.

No con el piano ideal.

Con ese piano.

Lo que sale de ahí se llama The Köln Concert.

Y se convierte en el disco de piano solo más vendido de la historia.

Con un instrumento que no valía ni para hacer lumbre.

Moraleja:

No siempre necesitas el equipo perfecto.

Necesitas sentarte, respirar y tocar.

Hoy. Con lo que tengas.

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hay una forma de ir a tiro hecho.

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Mañana, se acaba.

Pasa un día genial,

Javi

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