Hay una escena que he visto cientos de veces en mis clases.

Un alumno llega, se sienta al piano y me dice:

—“Javi, esta semana apenas avancé, siento que solo Eperdí el tiempo.”

Entonces le pregunto:

—“¿Qué parte de la pieza estuviste trabajando?”

Y ahí me cuenta la típica historia:

Que empezó desde el principio, que se atascó en un punto, que lo repitió entero varias veces…

y al final sintió que no consiguió nada porque seguía fallando en lo mismo.

Pero ante esa situacion, decido darle la vuelta al guion.

En lugar de todo eso, le pido que elija solo un compás.

Ni dos, ni tres. Uno.

Y que lo repita tres veces con la mano derecha, luego tres con la izquierda...

y después juntas, pero despacio, a la mitad de velocidad.

¿El resultado?

A los cinco minutos me miran con cara de sorpresa:

—“¡Ostras, me sale! ¡parece que por fin estoy avanzando!”

Ese es el poder de una mini victoria.

Un pequeño avance que, repetido día tras día, te saca del estancamiento.

En el taller GRATUITO del 18 de septiembre, te voy a enseñar cómo multiplicar estas mini victorias y hacer que cada momento frente al piano te acerque a tocar con más seguridad.

Porque no se trata de cantidad, sino de calidad.

Y un compás bien trabajado puede valer más que una hora de frustración.

La pregunta es: 

¿te vas a dar permiso para celebrar también tus mini victorias?

Te espero ver allí.

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Pasa un estupendo día.

Javi 

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