Mira.

Hoy quiero contarte algo que me pasó hace unos años, y que en su momento fue un drama absoluto.

Ahora, cada vez que lo recuerdo, me río de mí mismo.

Estaba practicando una pieza que, según mi maestro, debía sonar “rápida y fluida.”

(Fácil de decir cuando no tienes que tocarla tú, ¿verdad?)

Yo, con toda mi energía y ganas de mejorar, me puse a repetir el mismo pasaje una y otra vez, convencido de que, si aporreaba el piano lo suficiente, la velocidad vendría por arte de magia.

Y entonces... ocurrió.

Primero, un “clac”.

Luego, un silencio incómodo.

Miré mis manos, luego al teclado y allí estaba: la tecla rota, mirándome como diciendo ‘me rindo.’

¿Mi reacción? Una mezcla de vergüenza, frustración y risa nerviosa. 

Había roto literalmente una tecla de mi piano.

Ese día aprendí una lección que no estaba en ningún manual de técnica: 

el piano no se trata de aporrear las teclas hasta que te odien.

Porque, admitámoslo:

• No estás peleando contra el piano.
• No estás compitiendo para ver quién sufre más mientras practica.

Estás aquí para disfrutar, para sentir la música, para conectar con algo más grande que tú.

Después del “incidente de la tecla rota”, me di cuenta de que había estado practicando mal todo este tiempo.

Y no porque no pusiera esfuerzo, sino porque confundía cantidad con calidad.

Desde entonces, cambié mi forma de practicar.

Aprendí que:

• No necesitas repetir algo 50 veces si sabes cómo trabajarlo bien en 5.
• La velocidad no viene de la fuerza, sino de la fluidez.
• El piano no es un enemigo; es un aliado que responde a cómo lo tratas.

Y, sobre todo, que si tu técnica no está acompañada de disfrute, algo estás haciendo mal.

👉🏼 Aquí te enseño cómo practicar mejor, no más.

Porque no necesitas romper teclas para avanzar, solo necesitas un método claro que te permita disfrutar del proceso y ver resultados reales.

No importa si estás aprendiendo tus primeras piezas o si llevas años tocando: siempre hay una manera más fácil, más fluida y más disfrutable de mejorar.

Espero verte.

Pasa un gran día

Javi Nieto

PD1: Prometo que aquí no tendrás que romper teclas ni sufrir con el piano. Te enseño cómo avanzar con método, no con frustración.

PD2: Si conoces a alguien que está luchando con su piano, reenvíale este email. Quizá le ahorres el drama de perder una tecla en el proceso. Y de paso que se suscriba aquí

PD3: ¿Has tenido algún momento “tecla rota” en tu vida pianística? Respóndeme este email y cuéntamelo. Me encantará saber que no soy el único.