Hay una diferencia muy clara entre tocar el piano y practicar piano.

Pero no siempre se ve a simple vista.

Desde fuera, parecen lo mismo.

Pero no lo son.

Practicar es incómodo.

Tocar es placentero.

Practicar te obliga a parar, repetir, analizar.

Tocar es dejarse llevar.

Practicar es como ir al gimnasio a trabajar una pierna coja.

Tocar es bailar en la boda de tu primo.

Y aquí va la pregunta incómoda:

¿Tú practicas… o solo pasas el rato al piano?

No hay nada malo en tocar por placer (faltaría más).

Pero si quieres mejorar, si quieres avanzar de verdad,

necesitas practicar. De verdad.

No vale repetir lo fácil mil veces.

No vale tocar solo lo que ya sabes.

No vale evitar lo que te cuesta.

Practicar es mirar al monstruo de frente

y decirle: “hoy tú y yo, nos vamos a conocer bien”.

¿Cómo practicar mejor? Aquí van 3 pistas:

✔️Aísla lo difícil.

No practiques la pieza entera como un poseso.

Céntrate en la parte que te cuesta. Solo esa.

✔️ Trabaja lento. MUY lento.

Como si estuvieras explicándole a un gato cómo se hace.

✔️ No avances hasta que salga.

Toca hasta que no falles. Esa es la diferencia.

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Pasa un buen día.

Y si puedes… hoy, practica. De verdad.

Javi 

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