Podría haber elegido muchas…

pero si hay una pieza que he tocado hasta en reuniones familiares, exámenes, clases, conciertos y hasta por puro aburrimiento…

es la Marcha Turca de Mozart, (formalmente llamada Rondó alla Turca),

Sí, esa que parece que Mozart hubiese tomado tres cafés y se hubiese sentado a componer con prisas y buen humor.

La aprendí en cuarto de piano.

Y al principio pensé:

“Bah, esto parece fácil… sólo hay que correr mucho.”

Error.

Porque la Marcha Turca no te perdona.

Si no tienes control, te atropellas.

Si vas muy lento, pierde la gracia.

Y si no la sientes, suena mecánica y vacía.

Me hizo sudar más que muchas piezas más largas.

Pero también me enseñó algo muy importante:

👉 Que un movimiento brillante y relativamente corto como este, aunque sea el tercero de una sonata mayor, puede ponerte en jaque tanto o más que una pieza entera.

Y sobre todo:

👉 Que repetir una canción muchas veces no significa que la controles del todo.

A día de hoy, todavía la toco de vez en cuando.

Porque me recuerda de dónde vengo.

Y porque tiene esa energía que te conecta con el niño que empezó a tocar piano por pura pasión.

Y tú, dime…

¿Cuál es la pieza que más veces has tocado en tu vida?

(Responde a este e-mail si quieres, me encantará leerte)

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Pasa un fabuloso día,

Javi

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