No todo lo que brilla es oro... ni siquiera el oro
May 12, 2025 6:21 pm
No todo lo que brilla es oro... ni siquiera el oro
Si tienes una onza de oro durante una eternidad, al final terminarás teniendo una onza de oro nada más.
Foto de Bhautik Patel en Unsplash
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Para muchos, invertir en oro es 100% seguro.
En ocasiones se le atribuye al oro la capacidad de proteger a su propietario de la inflación, las crisis, la anarquía e incluso un derrumbe de la moneda de un país. Varias personas me han dicho que no necesitan saber de inversiones porque si se les presenta la oportunidad, pueden comprar oro y ¡ya está! ¡Con eso! Pero ¿es esto cierto?
Si tú no estás empapado del tema, te será muy difícil obtener una visión objetiva del oro buscando en internet. Prácticamente solo encontrarás sitios que recomiendan comprar oro porque hay muchos vendedores de oro en línea. Por ejemplo, vean lo que dice este blog (aunque este texto es de hace un tiempo y ya cambió la redacción por otra menos burda):
“El Oro de Inversión es posiblemente el camino más seguro y rentable para que tu dinero crezca. En la actualidad soy experto en metales preciosos de inversión. Tengo más de 150 clientes con los que estoy manejando más de 5,5 millones de euros de sus patrimonios en Oro de inversión y otros metales preciosos. Ninguno ha tenido pérdidas en ninguna operación. Repito para los de la última fila: Ninguno. Ha tenido pérdidas. En ninguna operación. De hecho, la empresa con la que estoy asociado tiene más de 3.100 clientes con más de 8.000 contratos de “compra-venta planificada de metales preciosos” y tampoco ninguno ha perdido en ninguna operación. ¿Puede decir lo mismo algún broker o gestor bancario que conozcas? (Es una pregunta retórica, no hace falta que me respondas). Tengo (tenemos) montones de clientes muy satisfechos. Pero por privacidad no podemos compartir sus testimonios. “Yaaaaa… suena a excusa”. Pero ponte en su situación. Imagina que tú estuvieses ganando mucho dinero gracias a tus inversiones en Oro. ¿Querrías que todo el mundo se enterase de cuánto ganas publicándolo a los 4 vientos en una web? Pues ellos tampoco”.
Este es el blog que vende oro más cínico que encontré. ¡Yo no necesito que me digan que sus clientes no han tenido pérdidas! La información histórica del precio del oro es accesible al público. Tampoco necesito los nombres de sus clientes. Es muy fácil nunca perder con el oro: simplemente no vendas cuando el precio esté más abajo de lo que tú pagaste. ¡Listo! Ah, pero si quieres que tu oro le gane a la inflación o a otros instrumentos de inversión… eso ya es otra historia.
Ahora les voy a contar de Gary, autor del libro bestseller: The trading game, y creador de un canal de YouTube que pueden encontrar aquí. Él es un economista y trader que trabajó en Citi Bank. Con trader me refiero a un inversionista de corto plazo profesional. Invertir bien en el corto plazo puede requerir de muchos conocimientos de política, sociología, psicología de masas y economía, además de tiempo, dedicación y suerte. Pues bien, Gary más o menos se defiende en estos temas pero cuenta que ya nunca da sugerencias de inversión a sus conocidos, a partir de una muy mala experiencia.
En alguna ocasión le recomendó a un par de amigos que invirtieran en oro. Pasó un tiempo y lo contactaron. “Oye, perdí dinero por tu culpa”. Gary respondió: “¿Cómo es posible? El precio del oro ha subido 15%”. Ah, sucede que sus amigos no invirtieron cuando él les dijo. Compraron oro después, cuando vieron que el precio del oro subió un 25% y se emocionaron, pero después, cuando bajó un 10%, se espantaron y vendieron. Gary, que compró en el momento adecuado, tendría una ganancia de 15% si vendiera en ese momento, pero ellos ya habían perdido 10% de su inversión por aquel entonces.
Esta anécdota nos ayudará a ubicar mejor varias características del oro que realmente te interesan si estás considerando este tipo de inversión. Comencemos.
1. El oro no produce nada
William Buffett, un inversionista de formidable reputación, dice lo siguiente sobre el oro: “El oro tiene alguna utilidad industrial y decorativa, pero la demanda para estos usos es limitada y mucho menor a la producción actual. Mientras tanto, si tienes una onza de oro durante una eternidad, al final terminarás teniendo una onza de oro nada más. El oro es más volátil que la bolsa de valores, pero en la bolsa cotizan empresas que tienen bienes, clientes, y producción. En cambio, el oro está en la categoría de “bienes que jamás producirán nada”. El oro se compra con la esperanza de que alguien pague más por él en el futuro. Es simplemente una forma de “almacenar” valor, mismo que depende de la percepción pública.
2. El oro no es la herramienta adecuada para contrarrestar la inflación
Algunas personas argumentan que el oro sirve para contrarrestar los efectos de la inflación. Sin embargo, hay otros instrumentos mejores para eso, como los udibonos.
Las cifras demuestran que el oro solo sirve para proteger de la inflación en periodos muy largos, de cientos de años. Además, su valor es prácticamente el mismo en todo el mundo. Sin embargo, la inflación que te afecta a ti es la de tu país, y si la inflación se dispara en tu país, probablemente el valor mundial del oro, su poder adquisitivo real, no se disparará en la misma magnitud. En resumen: el oro no responde a las condiciones inflacionarias de un país en particular. El hecho de que el oro no se vea afectado por la inflación no significa que sostendrá su valor durante una inflación.
Un ejemplo de esto fue el periodo de hiperinflación en el Brasil de los años noventa. En 1993 tuvieron una inflación de 4,588%, pero el impacto de este país en el valor mundial del oro no fue tan extremo. Subió de 383.25 dólares por onza en 1992 a 391.75 dólares por onza un año después. ¡No fue suficiente para compensar por la inflación en Brasil ese año! El oro no solo le falló a los brasileños ese año. En promedio, de 1908 a 2000, Brasil tuvo una inflación anual promedio de 250%, pero el precio del oro cayó 70% para los brasileños.
En cambio, si existiera una inflación de esa magnitud en México, las udis subirían a la par y el valor de tu dinero en udibonos estaría protegido.
3. El oro no te asegura protección contra las crisis
A menudo, se presenta el argumento de que el oro te protege contra las crisis económicas. De acuerdo con Claude y Campbell en su artículo: “El dilema dorado”, 83% de las veces que la bolsa de valores se desplomó, el valor del oro aumentó.
Eso es hasta cierto punto comprensible porque ante la incertidumbre bursátil, muchas personas compran oro. Sin embargo, la correlación entre la bolsa y el oro no es estable, y puede variar durante recesiones económicas. Incluso si en una recesión el oro tiene mejor desempeño que la bolsa, puede no ser la mejor opción.
Veamos un caso específico. En 2008, cuando el mercado de valores global se desplomó un 40%, el valor del oro aumentó 5.53%, lo cual es bueno, pero en ese mismo periodo el valor de los bonos del tesoro estadounidense aumentó un 14%. Nada te garantiza que el oro te dará la seguridad contra crisis.
4. Como inversión a largo plazo, el oro se queda corto
¿Se acuerdan de Gary? Él invierte en oro en el corto plazo. Analiza el contexto socioeconómico para tratar de predecir un aumento en su precio. Si presiente que el precio comenzará a bajar, vende. El trading no es un hobbie, es un trabajo profesional, como explico en este artículo. Si tú fueras trader, no deberías estar leyendo mis artículos. Yo le escribo a personas como yo, que tienen una vida ajetreada y quieren invertir sin tener que hacer de ello un trabajo de tiempo completo. Pero para eso, mis queridos lectores, el oro no es la inversión que necesitas.
Históricamente, el oro ha dado menos rendimiento que las acciones de bolsa. Ah, pero si haces una búsqueda en internet, tratarán de convencerte de lo contrario. Verás tablas que demuestran el mejor desempeño del oro comparado con el S&P 500 y otros índices de bolsa. Pero ¡cuidado! Son tablas amañadas. A veces tienen datos falsos, a veces seleccionan a propósito periodos donde el oro ha tenido mejor desempeño que la bolsa, y en la mayoría de las ocasiones simplemente no toman en cuenta los rendimientos por dividendos que se obtienen en la bolsa. Veamos las tablas a continuación (que puedes encontrar con más detalles aquí). Muestran el desempeño del oro en amarillo, plata en gris, S&P 500 en rojo y el Dow Jones en azul, durante un periodo de 50 años.
Ya desde aquí se hace notar la ventaja del S&P 500 sobre el oro. Pero todavía no se están considerando los dividendos que pagan varias empresas contenidas en este índice. Veamos la tabla si se agrega un índice bursátil que mide el rendimiento total, incluyendo dividendos, mostrado en color negro:
Por supuesto que no es para sorprenderse que los rendimientos se disparen. Si los dividendos se reinvierten, se comienza a ver la magia del interés compuesto en acción. Como ya vimos, el oro no produce nada, por lo que no genera dividendos ni rendimientos mientras se posee. Muy al contrario, puede generar gastos, pero eso lo veremos en el próximo punto.
5. El oro es pesado
Muchas personas compran oro no porque lo vean como una buena inversión a largo plazo, sino como un “seguro” de largo plazo, una forma de protegerse ante una gran catástrofe, como una revolución o el derrumbe de la moneda de un país.
Hay dos formas de “poseer” oro hoy en día. Si a pesar de todos mis buenos y sabios consejos decides invertir en oro, en este video de Omar encontrarás los detalles de cómo hacerlo ya sea de forma física o a través de un ETF.
Contra las catástrofes, se entiende que la versión de oro útil sería la física. Deberás proteger tu oro, ya sea alquilando una caja de seguridad en un banco o en una caja fuerte en tu casa. Y deberás cargarlo por todas partes en caso de emergencia, haciendo changuitos para que no te lo roben.
Pero antes de proteger tu oro, deberás asegurarte de adquirir oro real. La falsificación es un problema milenario del oro, y su detección requiere conocimientos técnicos específicos. Comprar puede ser fácil si acudes a la casa de moneda o a un banco. Pero vender ese oro y que te lo den por bueno y te paguen lo que vale puede ser más complicado, no solo en una guerra, sino también en tiempos de paz.
Aquí quisiera aclarar un mito muy común sobre el dinero: muchos creen que el trueque y luego las monedas son las primeras formas de mercado que existieron. Pero esto es un error, como se puede constatar en el libro Deuda, 5000 años de historia, por David Graeber. La primera forma de dinero fue la deuda: hacer algo por alguien y que esa persona haga algo por ti después. Cuando un sistema monetario se cae, las comunidades se las arreglan para sobrevivir comerciando con lo que tienen. Se antoja difícil que de pronto todos elijan comerciar con oro, sobre todo dada la dificultad de comprobar su calidad.
En conclusión, el oro puede tener un cierto valor como inversión en contextos muy específicos. Por ejemplo, si eres un vampiro y te irás a dormir mil años, te conviene guardar oro en tu cripta para almacenar su valor. Sin embargo, en un periodo tan corto como una sola vida humana, el oro no garantiza nada: ni protección contra la inflación, ni contra las crisis, ni contra los ataques zombis. Su rendimiento histórico es peor que el de la bolsa pero al mismo tiempo es más volátil. No da dividendos ni intereses, y su valor depende puramente de la especulación.
El oro está rodeado de mitos, y se menciona en sinfín de relatos antiguos y contemporáneos como fuente de riqueza y abundancia. Pero ¿recuerdas la historia del rey Midas? El dios Dionisio le concedió el poder de convertir en oro todo lo que tocara, y aunque al principio se sintió feliz, pronto descubrió que era una maldición. No podía ni comer ni beber porque todo se convertía en oro. Midas creía que la riqueza era sinónimo de felicidad, pero descubrió que podía ser todo lo contrario.
La lección para las personas modernas podría ser que poseer oro promete seguridad, pero puede ser todo lo contrario. Puede convertirse en la parte más fracasada de tu portafolio de inversiones, y retrasarte en tu objetivo de lograr la independencia financiera, la capacidad de comer y beber sin tener que sudar por cada peso ganado.
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¡Nos vemos el próximo mes!
Con emoción,
Edith