¿Alguna vez has sentido que cuanto más das, más te falta? Bienvenida al club. 😅 Ser generosa está genial, pero si te descuidas, acabas tan agotada que no te queda nada para ti misma. 🥺💤

Vamos a hablar claro: ser generosa es maravilloso, pero si no tienes cuidado, puede convertirse en un deporte de alto riesgo. 🚨 ¿Te has dado cuenta de que a veces, en tu afán por ayudar a todo el mundo, te olvidas de la persona más importante? Exacto, tú misma. 😬💔

La generosidad es un acto noble, pero si te pasas, terminas más agotada que después de una maratón. Y no me refiero solo a nivel físico, también hablo de tus emociones y tu mente. 😵‍💫 Si te pasas el día repartiendo energía como si fueras una batería inagotable, adivina qué: vas a acabar en carencia. 🔋⚡

Aquí es donde entra la autogenerosidad. 💖 Sí, sé que suena raro, pero es vital. Se trata de cuidarte a ti misma antes de salir a salvar el mundo. Piensa en ello, como en ese aviso del avión: “Colóquese su propia máscara de oxígeno antes de ayudar a los demás”. ✈️ Pues en la vida es igual.

Para poder dar lo mejor de ti a los demás, primero tienes que estar en tu mejor estado. 🏅 Es como querer verter agua de una jarra vacía. Spoiler: no funciona. 🚫

Autocuidado, establecer límites saludables y darte a ti misma el amor que mereces. 💕 Al hacerlo, no solo te sentirás mejor, sino que también podrás ser más efectiva y genuinamente generosa con los demás. Es un ganar-ganar, querida. 🌟

Así que, por favor, la próxima vez que te sientas tentada a sacrificar tu bienestar por alguien más, recuerda que llenar tu propia taza primero no es egoísmo, es supervivencia. Porque si te quemas, ¿quién va a estar ahí para apagar el fuego? 🔥🧯

Recuerda: la mejor generosidad empieza por ti misma. ¡Y te mereces todo el amor y cuidado del mundo! 🌎💫

🌟 Con amor y luz,