¡Hola guapa! 🌸

Hoy quiero hablarte de algo superimportante: la generosidad. Sí, esa maravillosa cualidad que nos hace sentir como hadas madrinas repartiendo magia por el mundo. Pero, ¿sabes qué? Hay una gran trampa en todo esto de ser generosa y es que, si no tienes cuidado, puedes acabar con el depósito vacío, como un coche sin gasolina en mitad de la autopista.

Imagina esto: eres una superwoman moderna, siempre al rescate de todos los demás. ¿Pero qué pasa contigo? Si te entregas en cuerpo y alma sin reservar un poquito de ese amor y cuidado para ti misma, al final te quedas vacía. Spoiler alert: no somos pozos sin fondo.

El problema es que nos han enseñado que ser generosas es dar y dar hasta que no quede nada. Pero déjame decirte un secreto: la mejor generosidad es la que practicas contigo misma. Porque, querida, si no te cuidas tú, ¿quién lo hará?

Aquí va un tip importante: Empieza por darte a ti misma lo que necesitas. ¿Te sientes agotada? Date un respiro. ¿Estás agobiada? Date un capricho. ¿Sientes que te falta algo? Pues dátelo tú, ¡que nadie lo hará mejor! 💅✨

Y no, no es egoísmo, es amor propio. Porque cuando te llenas de amor y cuidado, tienes más para dar. Es como en los aviones: primero te pones tú la mascarilla de oxígeno y luego ayudas a los demás. ¿Lo ves? ¡Tiene todo el sentido del mundo!

Así que hoy, te reto a ser un poco más generosa contigo misma. Mímate, quiérete y verás cómo todo fluye mejor. Al final, una mujer que se cuida a sí misma es una mujer que puede cuidar del mundo entero. Y eso, querida, es verdadera magia. 🌟✨

¡Un abrazo enorme y recuerda, eres una diosa! 🌹💖

Con cariño,

P.D.: ¡No te olvides de sonreírte en el espejo hoy! 😘