Recordar fechas es algo importante.

Es como aprenderse un ritmo.

Observas el ciclo.

Te haces algunas preguntas.

¿Dónde empieza?

¿Dónde acaba?

¿Qué se repite?

El noticiero crisálido de hoy viene con la Mujer del Tempo.

Inauguramos sección.

Hace exactamente un año, hubo un incendio en el Ullal.

No sólo en el Ullal.

2.500 hectáreas se quemaron en las montañas de Montixelvo y alrededores.

Ese acontecimiento provocó la evacuación de cerca de un millar de personas.

Todo este fuego estaba muy cerca de donde estoy ahora mismo.

Grau de Gandía, comarca de La Safor.

Comunidad Valenciana.

Cuenca del Mediterráneo.

Dicen que será un desierto.

Ya veremos.

Recuerdo bien ese día.

Hace exactamente un año.

Estuve dentro del Ullal entre llamas.

Cogí la bici y fui para allá.

Tenía que verlo por mí misma.

Recuerdo llorar.

Mi sangre se congeló.

Fuego helado.

Nunca antes había sentido algo así.

Al fondo, todas las montañas en llamas.

Mucho viento. Mucho.

Era algo humanamente imparable.

13 días después, el viento paró y el fuego cesó.

No sé si recuerdas que en ese momento se hablaba mucho de:

#ceasefire

Montañas negras.

Ceniza volando por doquier.

Gran transformación.

Recuerdo muy bien la fecha porque al día siguiente era mi cumpleaños.

Nunca había pasado un cumpleaños con un pesar tan grande.

Un pesar que a día de hoy reconozco como un regalo.

Descubrí algo que sigo descubriendo.

Hay regalos lentos y difíciles.

Un año después, no es el fuego el que está visitando estas tierras que habito.

Es el agua en compañía del viento y el barro.

Vuelve a ser algo humanamente imparable.

Sobre todo, porque los responsables de decidir ciertas cosas no lo hicieron.

Esto es así.

Si tú no recoges tu mierda, salpicarás.

Aplica para todo en la vida.

Recordar fechas viene bien.

Es tan sencillo como tomar nota.

Eso ayuda a llevar el compás de la vida.

Te ubica.

Te hace ver el patrón.

Aunque, la verdad, eso a veces es un calvario.

El Ullal ha reverdecido estos días.

No se ha recuperado del todo del incendio del año pasado pero las lluvias que nos han visitado por La Safor han hecho que todo rebrote.

Ojalá llueva más y bien por aquí.

Paradójicamente, en esta zona seguimos necesitando lluvia.

Aprovecho para pedirte que firmes.

Estamos viendo la desrregulación climática.

Un desrregulación que habla del adentro y del afuera.

Destruir un humedal para construir un Glamping es un puto delito descerebrado con menys trellat que un ninot de la falla fumant un canuto.

https://www.change.org/stopglampingengandia

Te pido que firmes.

No sé qué recorrido legal pueda tener esta campaña pero me parece importante que el Ullal siga recogiendo firmas y coraje de cuantas más personas mejor.

Sé que es un acto simbólico.

Por eso mismo es necesario.

Por eso, te pido también que compartas el enlace.

Envíalo a algún grupo en el que estés.

Cuélgalo en tus redes sociales.

Compártelo en tu newsletter.

Lo que sea.

Un alguito es mucho.

De verdad.

Lo poco es mucho.

Los símbolos, como mi querida Doris Castellanos me enseña continuamente, atraen la atención de nuestra conciencia.

Un humedal que es un ojo de agua es un símbolo.

Nos toca cuidar este símbolo.

Sí, me toca.

Te toca.

Sin los humedales, ciao pescao.

Date importancia y firma.

Cuando hayas firmado, felicítate.

Es muy grande lo que has hecho. Yo te lo agradezco.

A veces recoger mierdas que nos son nuestras hace que todo vaya mejor.

La luna empieza a crecer.

Todo mi abrazo para las gentes de Letur.

Tierras manchegas de mi bisabuelo y bisabuela.

El agua está conectando toda la Península.

Qué lección de humildad estamos viviendo.

Ojalá consigamos encauzarnos.

Suavidad y serenidad, corazones.

Gracias por la compañía.

PS: algo más sobre fechas importantes y compás. Mañana es el último día con precio especial en mi curso Ritmo y Juego. A partir de mañana a las 23:59, el precio será 60€. Hasta entonces, 40€. Apúntate antes para pagar menos.