Compromete el miedo
Dec 12, 2024 12:11 pm
Ayer fue la última reunión de 3 de Artesanía.
Nos alargamos 45 minutos.
Hay veces que el tiempo pide una mesa larga.
Uno de los temas de ayer fue el miedo al compromiso.
Escogí traer este tema porque hay algo paradójico en este supuesto miedo.
Te lo cuento por aquí porque es divertido.
La historia que nos han contado es la siguiente:
Comprometerse da miedo.
Da miedo porque no queremos fallar.
Da miedo porque no queremos sufrir.
Da miedo porque perderemos libertad.
¿Solución?
No comprometerse.
Lo que propuse en la reunión de ayer fue lo siguiente.
¿Y si sentimos miedo, precisamente, porque no nos comprometemos?
Jugar con las palabras y desordenarlas tiene muchas ventajas.
Una de ellas es que aparecen nuevos significados.
Este es un grandísimo ejemplo.
Cusha.
Ayer en 3 de Artesanía quise que jugáramos a darle la vuelta a la tortilla.
Para ello, es fundamental saber que el miedo forma parte de nuestro sistema operativo. Nunca estaremos totalmente exentas de miedo. De hecho, no sería funcional porque el miedo nos salva de muchas situaciones.
Como en todo, queremos la cantidad idónea de miedo.
¿Qué pasa con el compromiso?
¿Qué me pasa cuando me comprometo?
¿Qué siento cuando doy mi palabra y la sostengo en el tiempo?
¿Qué le pasa a mi libertad si me comprometo?
Este es el desorden que propongo:
El miedo no viene porque me comprometo.
El miedo, justamente, viene porque no me comprometo.
La ausencia de compromiso es una fuente de gran desdicha.
La libertad aparece al respetar los límites del compromiso.
Si no tomo decisiones, el sinsentido se apodera de mí.
Entonces, siento miedo.
Al componer una canción, esto es clarísimo.
Decidir un acorde.
Decidir qué ritmo va en esta estrofa.
Decidir que este instrumento va a dejar de sonar aquí.
Tomar todas esas decisiones, dan dirección a la canción.
Y la canción, me da dirección a mí.
Todo está en relación.
Ese supuesto miedo al compromiso, en realidad me habla de que yo, como adulta, me he abandonado.
Por supuesto, estamos hablando de adultas y adultos.
Con la infancia y adolescencia esto es diferente.
Sigamos.
Como yo no me he comprometido conmigo, siento miedo.
Ese miedo me recuerda que no estoy confiando en mí, en mi historia, en mis maneras de hacer.
Y joder, eso es muy duro.
Lo digo porque lo he vivido.
Lo vivo.
No lo digo para dar pena.
Sí para que recordemos que todas sentimos esto.
¿Mi sugerencia?
Reducir el tiempo de desconfianza.
Agrandar nuestra mirada interior y atendernos en nuestras mayores tormentas.
Por eso, mi deseo de Navidad de ayer fue:
Vamos a comprometernos con nosotras misma.
Tú contigo.
Tú contigo.
Tú contigo.
Yo conmigo.
Que, pase lo que pase, nunca sueltes tu mano.
Que demos valor a lo que hacemos, por ínfimo e invisible que parezca.
Cada día está lleno de pequeños milagros que pueden pasar inadvertidos.
Escuchamos la canción Memoria Adentro.
De Raúl Carnota interpretada por el queridísimo Juan Quintero.
Qué elección sublime de palabras y música.
3 de Artesanía ha sido eso.
Un viaje por las canciones que nos recuerdan quienes somos.
Un reposo en el borde del abismo.
Un acto de confianza en nuestras manos.
Hablando de manos.
Y de cascas.
Mañana compartiré por aquí algo.
Es algo que la gente del Abc de los Cascas ya saben.
Lo saben porque tienen prioridad.
La confianza hay que reconocerla.
Si tocas los cascas, lo de mañana te puede súper interesar.
Si aún no los tocas, esto no es para ti.
Pero si los tocas y sabes hacer esto:
- shake
- caballito
- heli
- flip flop
- den den
- flip flop grab
Atención.
Algo hermoso se viene en enero del 2025.
Si ya tocas los cascas, ojo cuidao.
Es una de mis maneras de comprometer mi miedo.
Compartir lo que amo.
Te deseo lo mismo.
No huyas.
Comparte lo que amas.
Invita a tu miedo.
Todas tenemos miedo.
PS: Gracias artesanas. Me habéis hecho el corazón más grande.