No hagas esto cuando niño pierde su juguete
Jul 01, 2025 11:19 am
—¿Y porqué murió?
—Lo golpearon con un violín, una guitarra y un bajo.
—Ummm, todo concuerda.
Anoche vivimos un drama infantil-adulto-cósmico
Lo protagonizó Gwanda, una pelota en la playa y una servidora.
Te pinto la escena.
Gwanda es una perrita preciosa.
La pelota era de Oliver, un niño de 9 años.
La playa es uno de los lugares más hermosos que conozco en este planeta.
El conflicto fue que soltamos a Gwanda para que corriera un rato por la arena.
Eran ya las 1:33 de la noche así que pensamos que no nos pillarían por cometer esta ilegalidad de libertad perruna.
Así fue.
No pasó ningún quad de la policía.
Sin embargo, pasó otra cosa:
Le lancé la pelota de Oliver a Gwanda.
Gwanda, con esa energía explosiva, salió corriendo detrás de la pelota.
Era una pelota de futvolley de playa, ligerita y de plástico.
Gwanda alcanza la pelota.
La coge con la boca.
Y...
Pfffffffffff!
Se oye el sonido del aire.
La pelota se deshincha totalmente.
Y Oliver, sincrónicamente, también.
Hosti.
Como si estuvieran hechos del mismo material, pelota y niño pierden su forma.
La pelota se convierte en pellejito de plástico.
El niño en lágrima.
Y yo...
Yo fui quien lancé la pelota.
Hosti.
Mamás, papás y amiguis de Oliver empezaron, con su buena intención (no lo dudo) a decirle cosas nada útiles:
- Mañana te compramos una nueva.
- Ya estaba viejita, no pasa nada.
- Va, no llores... tampoco es para tanto.
- Oliver, hay más pelotas en el mundo.
....
Ahí me puse a llorar yo.
Hosti.
Me acerqué y le dije:
- Oliver, lo siento mucho. He sido yo quien le ha tirado la pelota a Gwanda. Perdóname.
Me mira.
Por un momento para de llorar.
Abraza a su papá y sigue llorando.
Ahí empiezan a decirme a mí:
- Tranquila, no lo has hecho aposta.
- Mañana se le habrá pasado a Oliver, no te preocupes.
- Le vamos a regalar una nueva pelota y verás que feliz está.
....
¿Y por qué trae el Noticiero Crisálido esta historia hoy?
Bueno, son varias la motivaciones.
1.
Me pareció una escena muy triste.
Igual que digo que lo güeno se comparte, también digo que lo triste se comparte.
Esto no habrá mucha gente que lo entienda pero yo lo digo.
2.
Hay duelos por muchas cosas.
Tenemos muy poca educación en respetar y acompañar los duelos.
Quizás esto aporta un granito de arena.
Oliver tenía esa pelota desde hace más de 2 años.
No fue adecuado decirle:
- Mañana te compramos una nueva.
- Ya estaba viejita, no pasa nada.
- Va, no llores... tampoco es para tanto.
- Oliver, hay más pelotas en el mundo.
Esa era la pelota con la que Oliver había vivido muchas cosas.
Eso necesita reconocimiento.
Tiempo.
Sostén.
Las "soluciones" no solucionan nada si no se valida lo que la otra persona está sintiendo.
Le dije a Oliver que entendía su pena.
Y que sentía mucho haber hecho lo que había hecho.
Él me miraba con sus ojos de océano.
Creo que agradeció que alguien fuera a otra velocidad.
A ver si desde aquí le podemos mandar un abrazo cósmico a Oliver.
Y también a todas las personas que viven sus duelos pequeñitos.
O grandecitos.
Duelos por cosas, situaciones o relaciones que muchas veces sus entornos no saben acompañar pero que son muy importantes para quienes las viven.
Gracias por mandarle cariño a Oliver.
Gracias por mandarte cariño a ti.
Gracias Gwanda.
Abrazos.
Que pases un día suave.
PS: mañana a las 8:15 revelaré la nueva experiencia de aprendizaje que voy a proponer en Galaxia Cascas. Para recibirla, apúntate aquí gratuitamente.
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