Hoy te traigo una teoría que tiene más poca validez que los test que nos hacían en la época del coronavirus.

Cusha.

El insomnio.

Antes de meterme en harina...

Recuerda:

- Lo que voy a decir me lo invento y no tiene ninguna validez.

- No te creas nada, po favó.

- Todo esto que voy a escribir ha surgido a raíz de leer un libro que me regaló un amigo que ya no es amigo pero el libro sí que sigue siendo mi amigo.

Ah!

Y para quienes lo queríais, lo comparto por última vez:

Regalosecreto de mi cumpleaños.

Vale.

Aquí llega la teoría inválida que me estoy sacando de la manga.

Está en resonancia con lo que empecé a hablar ayer de la oscuridad.

Resulta que cuando te duermes, tienes que cerrar los ojos.

Hasta aquí, no me invento nada.

Continúo.

Aquí llega el misterio:

¿Qué sucede cuando cierras los ojos?

Ahmiga.

Sucede aquello a lo que nos resistimos.

Sucede aquello hacia lo que vamos porque es de donde venimos.

Al cerrar los ojos, paso indispensable para dormir, pierdes el control.

Al no ver un pijo, es imposible que veas por donde te vienen las cosas.

Y eso, para quienes controlamos mucho y todo, es muy malamente.

Es por eso que hay tanto insomnio.

Quien sufre insomnio lo hacer para controlar todo todo el rato.

Modo Alerta 24/7.

Al no dormir, crees que lo vas a ver venir todo.

Al no dormir, serás consciente y tu inconsciente no te dominará.

Ay, alma de cántaro...

Ríndete.

De verdad.

Cierra los ojos para ver.

Hoy estamos celebrando el cumpleaños de Sor Juana Inés de la Cruz.

Ella nació el 12 de noviembre de 1648/1651.

Viva México.

Ella decía:

“Sin claridad no hay voz de sabiduría.”

Y, ¿qué te crees?

¿Que la claridad viene siempre de la luz?

¿Dónde pones una semilla?

¿En una bombilla?

La semilla (tú y yo) necesita estar bajo tierra.

Es ahí, en la fértil oscuridad donde encuentra la claridad de su camino.

Se entierra (cierra los ojos) sabiendo que llegará el momento de salir a la superficie (abrir los ojos).

Dormir es renunciar al control.

Caminar en lugares con poca luz es renunciar al control.

Creo que ya ves por donde voy.

Dice este libro amigo:

¿Nos ha impedido esta dualidad cultural ver que la oscuridad también puede ser blanda, también puede ser buena? Porque sólo ahora, en el último segundo de la historia de la humanidad (referencia al reloj del fin del mundo) a alguien se le ha ocurrido insinuar que, ejem, tal vez la oscuridad también sea importante. Puede que un poco importante. Para bastantes cosas.

La luz que es visible para los humanos no es la única que existe en el universo. De hecho, en un sentido astronómico, no existe la oscuridad.

Por tanto, mi teoría es:

Tu miedo a la oscuridad y a perder el control es proporcional a la cantidad de horas que deberías estar bailando el disco Post de Björk (1995) para sentir con todas tus células que el caos forma parte indisoluble de la creación.

¿Algo en contra de esta teoría?

Todo.

No me hagas ni caso.

Pero eso sí... escucha a Björk.

¿Algo más que blasfemar?

Ofrezco esto.

Abracicos de luna menguante.

Y una más de Sor Juan Inés de la Cruz.

“Así como ninguno quiere ser menos que otro, así ninguno confiesa: porque es consecuencia del ser más.”

PS: mañana seguimos con la serie de oscuridades.

PS2: ¿te da miedo?

PS3: nooooo, muhé. Sólo se ven las estrellas en la oscuridad.

PS4: y con lo que propongo en el naranjita.