Tremenda fábrica de recuerdos

Sep 28, 2024 9:19 pm

Imagínate esto.


Ayer sobre las 11:37 estaba yo en la grúa.


Se acercó Luís.


Alto y resalao.


No lo había visto aún en Beniopa.




Me dijo:


- ¿Eres tú quien organiza esto?


- Sí, la misma.


- ¿Me quieres pintar mi pared?




Eso es dirección.


No sé cuántas veces me han hecho esta pregunta.


Es gracioso porque yo no soy nunca la que pinta.


Lo mío con el Encuentro PaRedes ha sido siempre

estar moviendo los hilos para que pasen cosas.


Hacer espacio para la magia.


Recibir a artistas.


Darles libertad pa que hagan su cosa en el espacio público.


Crear vínculos con la gente del pueblo para que, gracias a la labor inconmensurable de las artistas invitadas, ellas recuerden sus artes.


En fin, esas cosas de la vida y del querer que todo ser humano,

según mi parecer, debería procurar con sus pequeñas

y diminutas acciones.




Le dije a Luís que este año sólo vamos a pintar una pared.


Que ya llevo 8 años haciendo esto y que estoy dejándomelo.


Él me dijo que tenía dos paredes y que quería que le pintáramos

una escena de la Biblia con leones o algo de Dalí.


Me encantó su propuesta.


No se lo dije porque estoy dejándomelo.


Le dije otra cosa instead.




- Este jueves haremos una reunión con la gente de Beniopa.

Vente y cuenta esto allí. Es un lujo que alguien ofrezca sus paredes.


- Uy, a mí en el pueblo no me quieren ni ver. Aquí hay mucho racismo, ¿sabes?

Yo soy gitano y eso aquí está muy mal visto. Tengo mala fama.


- ¿Por qué no te vienes el jueves y dices que ofreces 2 paredes?


- En cuanto me vean se van a ir. No me quieren escuchar. Ya sé lo que dicen de nosotros pero no todos somos iguales. Sí, aquí hay gente que vende droga pero también hay payos que venden droga. No todos somos iguales.




Todo esto (y mucho más) es lo que puede detonar una pared.


También lo detona hacer arte en la calle.


Exponerse.


Escuchar a quien se acerca.


Preguntar.


Callar.


Escuchar.


Siempre escuchar.




Le conté a Luís la programación de lo que sucederá el 5 de octubre.


Le di este flyer en sus propias manos.


image





Luís me contó que a los gitanos nunca les dejan

entrar a las fiestas que se hacen en Beniopa.


- Tengo 6 hijos y cuando hay algún concierto, no les dejan entrar.


- El sábado podrán entrar. Y tú también.


- ¿Ah sí? ¿Cómo lo sabes?


- Yo estaré en la puerta.


- ¿Y si alguien me dice que no puedo entrar?


- Vienes y me lo dices. ¿Te parece bien?


- Sí que me parece bien.




Como ya he dicho varias veces,

Beniopa me parece un fractal intensificado

de muchas de las complejas situaciones planetarias

que vivimos en estos tiempos nuestros.




¿Qué te quiero decir con esto?


Que generar otros puntos de atención, ya sea haciendo un mural o dándole al beatbox con el José y el Ramón (unos críos de 9 años del pueblo que llevan dos días pidiéndome que les haga ritmos), hace que otras cosas se abran.


Señalar a otros lugares provoca otras cosas.


Lo que nos diferencia está claro.


¿Y qué nos reúne?




Eso es lo que me interesa.


"Lo que se abre cuando nos abrimos."




Ayer, entre beat y beat,

como quien no quiere la cosa,

le pregunté al Ramón y al José:


- ¿Creéis en la magia?


- Yo sí creo en la magia (dijo el Ramón).


- Yo también (dijo el José).




Lo dijeron del tirón.


No se lo pensaron, lo sintieron.


Boom!


Sé que algún día recordarán sus palabras.




Para cuando las olviden, porque en algún momento las olvidarán,

el 5 de octubre haremos una tremenda fábrica de recuerdos

para que se les quede grabao e incrustao en sus células.


Su ADN lo va a saber pa siempre jamás.


Ya te digo.


Y el mío también.


Ven a modificarte tu ADN mágicamente.


Todas la actividades son gratuitas.




Pero tranqui, que si eres de talente generoso,

también puedes aportar tus eurillos.


Aquí.





PS: mamá, papá... salimos en la agenda urbana de Valencia. Miraaaaaa.

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