La maravilla de fregar platos
Aug 28, 2025 11:15 am
El otro día vi con mis tíos y mi madre una españolada.
Se llama: Los buenos modales
De todo se aprende cuando dirige una mujer.
Los detalles.
Dice la RAE de la palabra españolada:
Acción, espectáculo u obra que exagera ciertos rasgos que se consideran españoles.
Pues sí, la película era una españolada en toda regla.
La típica vecina que pasa sus tiempos muertos pegada a la mirilla.
Cuchicheos a diestro y siniestro.
La madre que le sigue haciendo tuppers a su hijo casado y con hijos.
Trabajadoras que critican a su jefa y que luego le ponen su mejor cara
El hombre que se lía con la hermana de su mujer y tiene un hijo a escondidas.
Breve diálogo:
- Pero a ver, Milagros... ¿tú no estabas a régimen?
- ¿Y tú no habías dejado de fumar?
Ay, ay, ay...
De verdad.
No hay desperdicio en este cachito terrestre.
Bendita.
¿Lo que más me llamó la atención de la película?
Cusha.
La actriz Gloria Muñoz hace de una mujer de unos 70 años. Es abuela de un niño que pasa casi todo el día con la mujer que limpia la casa porque su madre tiene una empresa. Y, claro... tiene un grandísimo drama familiar secreto. Tiene una manera muy curiosa (o no) de desquitarse.
Limpia compulsivamente.
Por tanto, la mujer que debe limpiar la casa, tiene miedo de que la echen porque nunca tiene nada que limpiar.
Me parece muy genial que la peli ponga el zoom en este detalle.
Como la mujer está verdaderamente mal con su vida, su única manera de "limpiarse de ese mal" es limpiando la casa.
Elocuente a más no poder.
Y lo cierto es que para mí, limpiar la casa tiene algo también de salvavidas.
Es una de las acciones que me permiten recordar donde estoy.
Cuando limpio, veo inmediatamente el efecto de mis acciones.
Y eso, si estoy en un día raruno, como hoy, me va de perlas.
Hay quien se aboca al lado contrario.
Auto-abandono.
Dejadez.
Empiezan a aparecer monstruitos de polvo.
Los platos sinfregar.
Uy.
Yo no puedo.
Los de los platos sinfregar me cuesta especialmente.
La dualidad de la vida, oye.
El instrumento musical en el que más dualidad he podido percibir hasta el momento, con diferencia, son los cascas.
Dos bolas que se chocan.
Unidas por una cuerda.
Sostenidas por una mano.
Me gusta mucho eso de:
Sostenida por una mano.
Hu-mano.
En estos días de últimas grabaciones del CASCARABIAS, limpiar la casa es algo que me ayuda mucho a mantenerme fina creativamente.
Grabar es algo muy intenso y focalizado.
A veces agotador.
Es curioso cómo lo concreto ayuda a lo abstracto y a la inversa.
Por eso, si eres una persona muy aterrizada y concreta, los cascas te pueden ayudar a entrar en contacto con una dimensión más volada de la vida.
Bueno, creo yo.
Lo importante es bailar con la dualidad.
Hemos venido a esto.
¿Y qué mejor que hacerlo a través de la música?
Hasta el 7 de septiembre, hay una gran oportunidad para quien sepa verla.
¿Dónde?
Mañana cuento una historia muy bonita de una persona que ayer se apuntó al curso y me contó una intención que tenía.
Confirmo, una vez más, que sólo se apunta gente muy maja a estos cursos.
Gracias por la confianza en mis volanderías.
Abracicos desde el Grau de Gandía.
Se nota que el otoño se está acercando.
Todo cambia.
PS: si no tienes cascas, no hay problema.
PS2: en el naranjita te cuento por qué.
PS3: ¿resumen?
PS4: cascas a domicilio.