Anoche llovió un poquito.

No mucho.

Lo suficiente para dar permiso a las lágrimas.

¿Puede haber mayor regalo?

A veces sentipienso que es una lástima que nuestra conexión haya estado tan secuestrada durante un tiempo tan largo.

Conexión con el cielo.

Conexión con la tierra.

Conexión con la música.

Ese tiempo de desconexión ha terminado.

Lo que pasa que, a veces, por costumbre o por ese sentimiento que da abrirse a lo nuevo, no podemos ver que lo viejo ya ha terminado.

Y que lo nuevo ya está aquí.

Pongo un ejemplo del Noticiero Crisálido de ayer.

Puse un enlace.

Y enlace, por alguna razón que desconozco, se rompió.

¿Se puede romper un enlace?

Ya te digo que sí.

No sé cómo pero sí.

Y de la misma manera...

Se puede reconstruir.

Ese fue el mensaje que me trajo anoche la lluvia.

Una lluvia que se convirtió en agua saladita en mis ojos.

Un mar incontenible que siempre invita a bailar.

Bailar lento.

Bailar sin coreografía.

Bailar sin saber bailar.

El enlace de hoy sí que va.

En él invito a quien esté en Barcelona el 25 de mayo.

Reconstruiremos conexiones.

Y para ello...

Será necesario freír el cerebro.

Sólo.

Para.

Criaturas.

Atrevidas.

EL ABC DE LOS CASCAS

PS: las inscripciones cierran el 12 mayo o cuando se complete el grupo.

PS2: quedan 3 plazas (y eso que el enlace de ayer salió rompido).

PS3: la desconexión también se ha roto. Mira bien. Y lento.

PS4: feliz luna nueva de la vaquita cósmica.