Hoy me ha atrapado el mar.

Recién llego de estar ahí un rato largo.

Y ahora, llega el Noticiero Crisálido.

Antes de contar algo de cnv que puede facilitarnos la vida bastante, bastantísimo, let me tell you something:

FELIZ SOLSTICIO

Hace un ratico, el sol entró en la partitura de Capricornio.

Eso quiere decir: cambiamos de estación.

Las montañas empiezan a hablarnos.

Según el Observatorio Astronómico Nacional,

esta estación durará 88 días y 23 horas.

Terminará el 20 de marzo de 2025 con el comienzo de la primavera.

Hasta entonces, nos toca invernar.

¿Y qué es invernar?

Citaré a Edith Sitwell, una británica rapera amiga de la Marilyn.

«El invierno es el tiempo de la comodidad, de la buena comida, del calor de una mano amiga y de una charla junto al fuego: es el tiempo del hogar».

Edith también decía:

«No soy excéntrica, simplemente estoy más viva

que la mayoría de las personas.».

Que hagamos de este tiempo nuestro hogar.

Y que estemos con toda nuestra vitalidad.

Y ahora, vamos a algo de Comunicación NoViolenta.

Te contaré algo sencillo.

Incluso simplón.

Pero no por ello deja de ser importante.

En el librito sobre El sorprendente propósito de la rabia, Marshall cuenta que somos analfabetos emocionales por 3 razones:

• Hemos aprendido un lenguaje que excluye la compasión
• Nos han enseñado a pensar y comunicarnos violentamente
• Las estrategias que hemos aprendido para influir en nosotras mismas y en los demás dejan de lado nuestras necesidades

Vamos al último punto.

¿Qué estrategias tenemos para cuidar de nuestras necesidades?

¿Cómo influye eso en mí y en mis relaciones?

Marshall, que sabe bastante de esto, dice que tenemos

muy poco vocabulario y conciencia de nuestras necesidades.

Eso nos dificulta expresarnos con claridad.

Lógico.

Si no sé lo que necesito...

¿Cómo me muevo?

¿Cómo me expreso?

A veces, no sabemos señalar lo que nos pasa.

Cuando se lo intentamos contar a alguien y no podemos, sentimos rabia.

Bueno, yo siento rabia cuando no puedo expresar algo que es importante para mí.

Quizás tú estés bien haciendo como si nada.

Yo no.

Atención.

El libro en ningún momento recomienda negar o reprimir la rabia.

Esto me parece genial.

Hay que hacer algo con lo que sentimos.

Marshall recomienda esto si sientes rabia:

En lugar de juzgar hacia fuera, cambia el foco de atención.

Mira hacia dentro y averigua qué estás necesitando.

Para aterrizarlo, pone un ejemplo.

Un hombre se enfada cuando, al preguntar una cosa,

no recibir respuesta durante 3 semanas.

Marshall le pregunta:

¿Cuál es la causa de tu rabia?

El hombre responde:

Ya te lo he dicho. Les he preguntado algo muy importante para mí y hace 3 semanas que estoy esperando respuesta. No saber esto me enfada.

Marshall:

Vale, el estímulo de tu rabia es que no te han respondido a la pregunta.

Está muy bien formulado.

No has dicho: son desconsiderados por no responderme.

Sencillamente, has enunciado los hechos.

No me han dado respuesta.

Eso es un gran paso.

Ahora bien, la causa es otra cosa.

La causa de tu enfado tiene que ver con tus necesidades.

¿Qué estás necesitando?

El hombre se queda desconcertado.

No sabe muy bien qué responde.

¿Yo necesitar?

Marshall lo ayuda un poco más y acaba diciendo:

Bueno, mi necesidad es ser capaz de cuidarme a mí mismo. Cuando salga de aquí, quiero conseguir un trabajo. Por eso, solicité información. Quiero hacer ese curso para aprender a sostenerme económicamente por mí mismo porque sino volveré a cometer los mismos errores y estaré mal.

Bingoooooo.

Marshall le dice:

Ahora que estás en contacto con tu necesidad, ¿cómo te sientes?

El hombre responde:

Tengo miedo.

Con este ejemplo, y otros tantos, Marshall muestra que

cuando conectamos con nuestras necesidades,

nunca estamos enfadados.

Lo sé, lo sé.

Esto es muy loco.

No te pido que me creas.

Ni que lo comprendas.

Por lo menos, no por ahora.

Si lo has leído, ya es mucho.

Quizás, para estas Navidades, te sirva saber que la función básica de los senitmientos es servir a nuestras necesidades.

La palabra emoción significa básicamente, ponernos en movimiento para satisfacer nuestras necesidades.

Si no sintiéramos que nos araña el estómago cuando tenemos hambre, acabaríamos muriendo por desnutrición porque nos quedaríamos sin hacer nada.

Por tanto, lo que siento: rabia, enfado, alegría, entusiasmo...

Sólo me indica si estoy cuidando de mis necesidades.

Pero eso que siento: rabia, enfado, alegría, entusiasmo...

No es la causa.

La causa tiene que ver con qué estoy necesitando en este momento.

Algo que todos los humanos necesitamos es tiempo propio.

Así que, aunque tengas muchos planes en estas fechas, date ese tiempo pa ti.

Más que nada porque, si no lo haces, empezarás a sentirte fatal y eso no es un buen plan.

Tiempo y espacio para ti.

Eso te deseo en este solsticio.

La cabra tira pa'l monte.

Y si te apetece una buena lluvia, aquí te estaré esperando.

LET'S RAIN

PS: ayer estuve hip hopeando con los cascas a ritmo de MF Doom. No me cansaré de decir que los tempos lentos siempre son más escuchurrumbrosos, difíciles e interesantes. Me encantan.