¿Por qué odiamos?

Sep 20, 2024 11:10 am

La frase del noticiero crisálido ha dado que hablar.




Ha suscitado respuestas como:


- ¿Siempre?


- Absolutamente.


- Wau... nunca lo había sentido así, gracias.




Ayer, preci(o)samente ayer por la noche estuve

en la junta de Distrito de Beniopa.


No era la primera vez que asistía a una junta.


Fue una alegría reencontrarme con muchas de las vecinas.


Sobre todo, con Mariene.


Es una duendecilla arrugada y muy viva.




Aparte de las vecinas, estaba la representación político.


Ay, virgen santa...


Hacía tiempo que no escuchaba a tantas personas aburrirse.


Se aburrían hasta ellos mismos con sus voces.


¿Cómo puede ser que se hagan las cosas así?


Con la de recursos que hay...




El odio apareció varias veces en el orden del día.


Se dice que el ser humano odia cuando en la mayoría de los casos

siente un ataque directo o agresión hacia su persona

o cuando han sido vulnerados sus derechos y violada

su integridad física, psicológica y espiritual.


En el circuito del odio,

hay estructuras mentales dañadas

que dicen cosas como:


"Ellos merecen esas desgracias"




Es bueno saber que, a nivel cerebral,

los mecanismos de rabia, peligro y miedo

conforman patrones diferentes a los del odio.


El odio no es lo opuesto al amor.


Lo opuesto al amor es otra cosa:


La indiferencia.




Como ya he contado alguna vez, para mí,

Beniopa es un fractal de las guerras del mundo.


En la reunión de ayer aproveché y fui al frente.


Estuve escribiendo muchísimo en mi libretita mientras hablaban

para así poder recordar la frase que protagonizó el noticiero de ayer.


Me vino bien recordarla.


Muy bien.




Sé que es muy complejo hacer cosas comunitarias.


Sé que liderar es un arte en mayúsculas y que el corazón es la brújula.


Sé que es difícil que te cagas estar en un grupo de personas

y mantenerse abierta y disponible ante las diferencias que expresamos

(sobre todo, teniendo en cuenta, la educación represiva y punitiva

que hemos recibido durante muchos años de nuestra infancia).


Sé que es imposible complacer a todo el mundo.


Sé que es muy fácil culpar y evitar la responsabilidad propia.




Nombro esto para dejar claro que, si yo estuviera

en los zapatos de esos políticos, sería una situación

tremendamente abrumadora y compleja para mí.




Estando allí, simplemente escuchando a la gente de Beniopa,

me di cuenta de lo necesario que es que el 5 de octubre

suceda lo que va a suceder.


No es porque lo organice yo, ojo.


Si lo hiciera otra persona, lo apoyaría igualmente.




¿Por qué?


Porque es esencial reunirnos alrededor de los colores.


Que la gente salga a la calle y ofrezca su comida.


Que los niños y niñas gitanas reciban otras miradas.


Que la música absorba el dolor y lo devuelva rearmonizado.


Que el documental que ha producido Latidocs les devuelva sus historias.


Que lo que ha sido abandonado sea habitado, recordado y abrazado.




Volver a estar organizando esto es algo fuerte para mí.


Siento un conglomerado de emociones que entran

en juego en la constelación del Encuentro PaRedes.


Es un terreno que me despierta muchas contradicciones.


En fin, la vida misma, ¿no?


Es hermoso y liberador saber que

me estoy despidiendo

de esta época que ha durado 8 años.


Y es un regalo poder invitarte a que vengas a este fin de fiesta.


El Encuentro PaRedes está llegando a su destino.


La consumación.




En nada publicaremos la programación al completo.


Se vienen cosas muy ricas.


Mucho.



Para quienes habéis preguntado:


Todo sucederá en La Quadra de Beniopa.



Para asistir, envía un correo a:


conecta@encuentroparedes.com



5 de octubre en Beniopa.


A partir de las 17h se abrirán espacios

de sorprendente amabilidad y transformación.


Todo gratuito y de un valor incalculable.




El sueño está aterrizando.


Gracias por acompañarlo desde aquí.


Aunque no lo creas, esto es mucho.


Es mucho para mí.


Gracias y muchos abrazos.


La Qris *






PS: aquí puedes apoyar al Encuentro PaRedes.

Gracias por ser embajadoras de esta majadería.

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