Ay, la leche...

No sé cómo ayer se mandaron dos correos casi seguidos.

Ayer estaba yo alborotá que no te sé yo decir.

Ea...

Mis disculpas.

Mi idea era que el de sorpresa Igartiburu saliera ayer y el de la Navidá hoy.

Pero no.

Cagada cibernética, sí.

Ole Urano. Estás sembrao, oye.

Aprovecho para decir que este espacio crisálido es de libre circulación.

Si te canso, te aburro, te molesto o lo que sea...

Pó favó! La puerta está abajo.

Aprender a crear límites sanos empieza con algo tan simple como esto.

A mí la verdad es que me dio pena la cagada.

A veces me da pene cuando una idea no sale.

Y otras, me encanta porque me encuentro con otras cosas.

Sea como sea, hay que hacer el duelo

de lo que no sale como esperábamos.

Aunque sean un par de lagrimillas, ¿sabes?

Es algo que nuestro sistema agradece.

Sin duelo no hay vuelo.

Así se llama la novena parada del Viaje de Comunicación NoViolenta.

Ahí me acompañan Sobonfu Somé, Beatles, Francis Weller y Tian Ćehić.

A veces hay personas que me dicen:

Me cuesta llorar y lo necesito mucho.

Lo comprendo totalmente.

Yo también vivo en este mundo enajenao.

Hay lugares en este mundo donde aún se hacen ceremonias de duelo comunitarias. Como te lo digo. Es terrible que cada cual viva sus problemas

de manera aislada y bajo la cacamentalidad de no quiero molestar a nadie.

Dice Audre Lorde:

No existen los problemas individuales porque no hay vidas individuales.

Thank U Audre!

Recibir un abrazo.

Saber que hay alguien a quien le importas.

Tener una conversación valiosa.

Todo eso sucede si sabemos pedirlo, comunicarlo, escucharlo.

La buena noticia es que siempre podemos aprender.

También aprender a poner límites, funda mental.

Conmigo y con las tortuguitas, puedes hacerlo hasta el 28 de agosto.

Hay sitio en nuestro submarino.

Quedan 3 días.

Y después de ese día, nunca más estará disponible.

Es un buen trip... o eso me dicen.

APRENDE

PS: ¿tú también estuviste arborotá ayer? Virgen Santa.