¿Y si no me apetece escribir?
Feb 23, 2025 12:11 pm
El Noticiero Crisálido de hoy es breve.
No sé si dos veces bueno pero breve sí.
En menos de 3 minutos, lo tienes.
Así que, no hay línea que perder.
Cusha.
Que yo escribo porque me apetece.
Y porque me va muy bien.
De verdad, muy bien.
¿Hay días en que no me apetece escribir?
No sé si esta es una buena pregunta.
Pero voy a responderla.
Porque me la he hecho.
Y porque sí.
He tardado un tiempo indecible es saber cómo me quiero sentir en esta vida.
¿Cómo me quiero sentir?
(jardín, jardín, jardín)
Con capacidad infinita para amarme.
Con energía para cuidarme.
Con poder para despertar los sueños que me visitan.
Con alegría para alimentar mis vínculos.
Con curiosidad para transformar mi percepción.
Con humildad para decir: con esto yo no puedo.
Teniendo esto claro, todo cambia.
A ver que me explique.
Que es bueno explicarse.
Esta mañana, por ejemplo, la Lola y yo nos hemos explicado cosas y nos ha sentado de categoría.
Que un día me apetezca escribir o no, deja de ser tan importante.
Mis apetitos, en ciertas actividades creativas, no son muy fiables.
Jaja, cero.
Podría cogerme al pensamiento:
Haz sólo lo que te fluya.
Sé libre y atrae unicornios a tu vida.
Manifiesta tu voluntad.
Bueno, que si a alguien le va bien ese hilo de pensamiento, bravo.
A mí no me va.
Y también explicaré esto.
Ojú, que estoy explicona hoy.
Por mi relación con el piano, que comenzó cuando tenía casi 11 años, aprendí que a veces hay cosas que no fluyen.
A veces la vida no es un arco iris.
A veces la cosa no va.
A veces es imposible desmontar al elefante.
Y está bien que así sea.
No todo es cuando yo quiero.
No todo sucede como a mí me encanta.
No todo lo que deseo (o creo que deseo) se me presenta fluidamente.
Si un día no me apetece escribir, ¿sabes lo que hago?
Me cojo una mantita.
Agarro mi compu.
Me hago una infu.
Me pongo en un sitio cómodo y digo:
Hoy no tengo ganas de escribir.
Quizás hay alguien que no tenga ganas de leerme.
¿Y si nos damos permiso?
Así que, aunque hoy no es el caso y sí que tengo ganas de escribir (de hecho, hace rato que no siento desgana al escribir el Noticiero Crisálido), aprovecho la coyuntura para decirte algo.
Algo que te puede ir muy bien.
Algo que nos puede ir muy bien.
Atención con la copla.
Que esto sirve para aquí.
Y también para allá.
Quizás, tú y yo nos conocemos.
Quizás no.
Y quizás sí y no.
Por eso, sea como sea nuestra cosa, es vital aclarar nuestro contrato.
¿Cómo?
¿Que hay un contrato entre tú y yo?
Siempre hay un contrato entre tú y yo.
Da igual quien sea "tú" y "yo".
En todo lo que vivimos, siempre hay un tú y un yo.
Sucede en toda relación.
¿Cómo?
¿Que tú y yo tenemos una relación?
Aaaaro, hombre-muhé...
Si no, no estaríamos aquí.
Bien.
Ahora que sabemos que hay un contrato entre tú y yo...
Ojo cuidao.
Que a veces se nos orvía esto de nuestra relación.
Es muy importante repasar las condiciones iniciales.
Que tú no tienes necesidad de estar aquí.
Que tú no tienes necesidad de recibir mi Noticiero Crisálido.
Que no tienes que seguir mi ritmo.
Que si te das de baja, no me lo voy a tomar mal.
Que si estás aquí sin querer estar aquí, caca.
Porque hacer algo que no quieres, daña la relación.
Y, como tú comprenderás, alma de cántaro, lo que queremos aquí es que nuestra relación esté sana, con brío, alboroto y un perrito piloto.
Que si estás aquí es porque esto te hace tilín-tilín o tolón-tolón.
Que tú no tienes que rendirme cuentas a mí.
Ni a naide.
Que si esto que yo hago no te mola, es mejor que te vayas.
No por mí, sino por ti.
Porque, allí donde pones tu tiempo, te creas y te conformas.
Y si te conformas con migajas que no te dan placer y que no te hacen sentir que esta vida es un milagro indescifrable porque fíjate tú los tiempos que vivimos que nos están haciendo valorar aún más las pequeñas cosas del día a día, pues fíjate tú qué desperdicio de vida, mi arma.
Así que, para liberar nuestro contrato, cusha.
Y date tu alta.
Libera espacio.
Deja de recibirme.
Recíbete tú.
Date permiso para deshacer todo lo que no.
Date permiso para hacer espacio para tu sí.
¿El sí a qué?
El sí a ti.
El sí a todo aquello que eres.
El sí para lo que, por estar con muchas ocupaciones, no encuentras espacio relajao, ni mantita, ni lugar cómodo para reposar.
¿Te parece todo esto una tontería?
Pues vaya.
Pobre de ti.
Porque es muy valioso.
Maria Antonieta y Juan Pablo te lo explican mejor que yo.
Esta pareja de ricura colombiana dicen clarinete, sin unicornios de por medio:
Eres importante.
PS: gracias Doris por regalarme esta entrevista, me cambió la existencia.
PS2: reenvía a quien le pueda interesar valorarse.