Taxi a las 4:30
Nov 15, 2024 12:11 pm
Hoy he cogido un taxi a las 4:30.
16:30 no.
4:30 sí.
Llevo años recolectando versos para agradecer todos los viajes que he tenido con gente maravillosa. Cada vez que me han contado cómo se sacaron la licencia de taxi, o se la compraron a alguien o la heredaron.
Taxistas, un día cantaré por ustedes.
Una de las conversaciones que hemos tenido hoy Vero y yo, la taxista, ha sido sobre el tiempo. Bueno, los tiempos. Teníamos la luna casi llena por el Mondúber (la montaña abuela de La Safor) y me ha dicho:
- ¿Tú crees en eso de la luna?
Jajaja, me pregunta a mí.
No me he reído.
Bueno, una sonrisilla me ha salido.
Pero p'adentro.
- ¿A qué te refieres, Vero?
- Mi marido me dice que cuando hay luna llena hay más jaleo en comisaría. Que la gente está más loca, alterada... no sé. Pero yo no me creo que haya una influencia de la luna con nosotras. La luna está allí y nosotras estamos aquí. Ya está.
Una de las cosas que la artesanía comunicativa me enseña es a saber cuando hay disponibilidad para abrir una conversación.
Que alguien te haga un comentario sobre algo no quiere decir que quiera escuchar sobre el tema.
A veces lo hace por pura verborrea.
Nerviosismo.
Incontinencia.
Por decir algo y llenar el vacío.
Estas cosas nos pasan a las personas.
Sí.
Otras veces, que también las hay, cuando alguien hace un comentario sobre algo, puede ser que se abra una curiosidad insospechada.
Como Vero me ha preguntado si yo creía en eso de la Luna, he decidido tantear.
Primero le he dicho un dato físico.
Aquí no hay opinión subjetiva.
La Tierra sin la Luna perdería su eje gravitatorio.
Sería como soltarle el manillar a quien está en su primer día de aprender a ir en bici sin las ruedas de atrás.
Sin Luna, la Tierra se descogoncia.
Entonces le he dicho:
No creo en la Luna, yo observo lo que (me) sucede con ella. Tengo una relación con ella. Igual que con la gravedad. Por ejemplo, si me pego un porrazo con la bici, aunque no crea en la gravedad, la hostia no me la quita ni San Pancracio. De igual modo, la Luna mueve las aguas, las de afuera y las de adentro. Sólo hay que mirar y tomar nota.
La Luna está dentro.
Y está afuera.
Las mujeres sangramos rítmicamente.
No hay creencia.
Hay una cuerpa hablando.
Como aquí, que me he puesto de blablabla
sobre el beatbox, mindfulness y Erykah Badu.
No tienes que creerme.
De verdad que no.
PS: el lunes revelaré algo que llevo un tiempico cocinando.