Tengo una obsesión.

¿Sólo una?

No, no, bastantes.

Pero hoy te hablo sólo de una.

El cuerpo.

El sonido del cuerpo.

El cuerpo del sonido.

Me maravilla el sonido que nace del cuerpo.

El sonido que puede percibir el cuerpo.

Ais.

Cuando los bebés hacen soniditos, yo feliz.

El llanto, también.

Hay una potencia armónica alucinante.

Aquí cada cual se relaciona con la realidad de una manera.

Hay quien se abstrae con drogas.

Con porno.

Con videojuegos.

Yo me abstraigo con el sonido.

Y no sólo eso:

Yo me (a)traigo con el sonido.

El sonido tiene una fuerza poderosa en mi vida.

También los sonidos que detesto.

¿Sabes ese sonido que cuando lo oyes puedes ponerte a gritar?

Cuando un cuchillo corta mal y le da al plato.

Ayyyyy, carajo.

Qué dolor.

Y aún así... qué alucine todo lo que puede crear el sonido.

Anoche nos atrevimos a ver The Substance.

Un relato del cuerpo, del sonido del cambio y del chillido del autoodio.

Cerré los ojos durante muchísimas escenas.

Y aún así, el sonido, me contaba la historia.

(menos mal que cerré los ojos)

Mañana habrá otra historia.

Cuerpos.

Sonido.

Ullal.

Placer.

Será de 11h a 12:30.

Para todas las edades.

Sin substancias.

Con patos.

Con tortugas.

Con árboles calvos.

Sí.

Árboles calvos.

En invierno, la calvicie llega a muchos árboles.

¿Para quién es lo de mañana?

Para quien quiera jugar.

Jugar con el Ullal.

Jugar con personas.

Jugar con el cuerpo.

Jugar con el sonido.

Jugar con todo aquello que está y no se ve.

No hagas caso a lo del 7 de marzo.

Si quieres venir, hoy puedes confirmar tu asistencia.

La gente del Noticiero Crisálido siempre tiene un punto a favor.

Gracias por estar aquí.

Que pases un día chachi.

Un abrazo desde el Grau de Gandía.

PS: ojo cuidao a la Constelación de Artistas.