Hoy no me quiero poner polémica.

Aunque el asunto del Noticiero Crisálido indique lo contrario.

Cusha.

En 2021 estaba en una relación de pareja.

Gracias a lo que viví ahí y unos acontecimientos importantes aparentemente inconexos, empecé a estudiar con Elisenda Pascual.

Crianza respetuosa.

Desarrollo infantil.

Prevención del abuso sexual infantil.

No he parido ningún hijo o hija.

No sé si en esta vida me tocará.

Eso no quita que me encante saber y aprender a respetar más a la infancia.

Todo lo que aprendí y sigo aprendiendo sobre estos temas es tremendo.

Cuando encuentres a alguien que es capaz de transmitir lo complejo de una manera simple, no la sueltes.

Por lo menos, eso es lo que yo hago.

Elisenda es una mujer con una valentía y claridad mental espatarrante.

Estos dos rasgos no son muy habituales en estos tiempos que vivimos en los que el miedo y la confusión parecen secuestrar nuestra presencia.

Cuando el coraje y la lucidez se encuentran, el resultado suele ser el auto-cuidado y el cuidado a otras personas.

¿Cómo sé esto?

No es nada del otro mundo.

Me paro a escuchar.

Elisenda plantea mucho una pregunta:

¿Te has preguntado alguna vez de dónde aprenden sexualidad tus hijas o tus hijos?

Esta es una pregunta urgente.

Y muy necesaria.

Si pensar en tus hijes es una cosa que te sobrepasa, haz esto:

¿Cómo aprendiste tú sobre la sexualidad?

No sé tú pero en mi historia...

Grillos.

Grillos.

Grillos.

Nadie de mi familia me habló de nada.

Miedo.

Ignorancia.

Irresponsabilidad.

Elisenda dice que hablar de sexualidad no es solo hablar de sexo.

Ojo cuidao a esto.

Qué importante.

Una educación sexual saludable no empieza con una charla puntual ni se limita a explicar cómo se hacen los bebés o a prevenir infecciones de transmisión sexual.

Tampoco se reduce a hablar de pornografía o métodos anticonceptivos. 

Educar en sexualidad es hablar de buen trato, de consentimiento, de límites, de respeto y de deseo.

Pero claro.

¿Por dónde empezar?

Virgen santa...

Abajo de digo algo que te puede interesar.

Antes de eso, un apunte más.

Abre tu oído.

Hoy, muchas criaturas tienen su primer contacto con la sexualidad a través de la pornografía. Una pornografía que, lejos de mostrar placer compartido o consentimiento, refuerza estereotipos, violencia y relaciones desiguales. 

Cuando ese contenido llega sin que antes hayan recibido una educación sexual sólida, pasa algo muy grave: no saben distinguir entre deseo y consentimiento, entre placer y sufrimiento, entre respeto y humillación.

¿Qué te crees?

¿Que no sé que este tema es difícil?

Es un tabú, my friend.

Claro que es difícil.

El Noticiero Crisálido de hoy quiere aportar algo sobre este tema.

Sé que no muchas personas se atreverán.

Pero por mí que no quede.

¿A quién le puede interesar poderosamente?

Mamás.

Papás.

Tíos.

Tíos.

Yayos.

Yayas.

Personas que respiran.

Dice la Elisenda:

Nunca es tarde para empezar a ofrecer una educación sexual integral y de calidad. Nunca es tarde para hablar, para corregir, para abrir espacios de confianza y curiosidad compartida.

Si crees que hablar de estos temas es algo delicado, estás en lo cierto.

No por ello debemos no hacerlo.

Nos toca cambiar el juego.

Se lo debemos a las próximas generaciones.

¿Cómo educar la sexualidad de tus hijos e hijas antes de la adolescencia?

Si sabes cosas sobre este tema y te apetece compartírmelas, soy toda oídos.

Espero que te sirva.

Muchas gracias y un abracico.

PS: es tu responsabilidad convertir tu miedo en valentía.