Hoy leía que en la vida tenemos un juego de malabares entre manos.

Que la sensación que tienes de no llegar no es tuya.

Es de media humanidad.

Y la otra media anda buscando comida.

Estos malabares los podríamos imaginar como pelotas en el aire.

Estas pelotas serían las siguientes:

• Tu Trabajo
• Tu Familia
• Tu Salud
• Tus Amigos
• Tu Vida Espiritual

Piensa que estas pelotas una de ellas es de goma, que sería la del trabajo. Siempre vuelve aunque la sueltes.

Y luego tendríamos las demás que serían de cristal.

Cada vez que se caen, se arañan, salen marcas y se resquebrajan.

Como el trabajo lo necesitamos para comer, nos solemos olvidar de lo demás.

Parecen que son más resistentes.

Y no le damos importancia.

Puedes tirarte años en un trabajo estancado.

Pero el tener malos hábitos de comida, no importa tanto.

Mañana me pondré.

Mañana iré al Gym.

Estamos tan acostumbrados a mantener esos malabares que podemos dejar todo para mañana, menos el sustento diario.

El hack de hoy es que no se trata de tenerlo perfecto.

No es cuestión de verte como el de las revistas.

Se trata de un pequeño paso.

Igual que con la familia.

No esperes a las vacaciones.

Un abrazo es suficiente.

No tienes que hacer un retiro de una semana para abrazar árboles.

Con desconectar cinco minutos mientras tomas el café y miras al infinito es suficiente.

Yo soy un ser fragil.

Me pasa hasta con esta lista de correo.

Como no tengo ni idea hacia donde va, se cae más veces de la que me gustaría.

Igual que al publicar en redes nadie te lee.

Pues esto es igual.

No vas a tener motivación para cuidar el resto de aspectos que no sean el trabajo.

Por eso empieza con algo.

Aunque sea mínimo.

Tengo una consultoría.

Te vendrá bien, aunque todavía no lo sabes.