Este domingo estuve haciendo backups de datos antiguos.

Tengo una carpeta donde voy guardando documentos del año.

Y cosas que ya no sirven.

Y cuando cambia el año lo mando al backup.

Aprovecho para hacer un resumen mental de lo que ha pasado en el año.

Ahora te escribo algunas ideas de lo que ha sido 2023.

Te preguntarás que p0llas hago escribiendo algo del 2023 a estas alturas de 2024.

Pues sencillamente estos últimos seis meses han sido de infarto.

Y uno ha estado apagando fuegos.

Me he comprado una casa.

No creas que ha sido nada del otro mundo, hipoteca de toda la vida.

Me han despedido del trabajo.

He hecho una mudanza.

He hecho una reforma.

He asistido a un juicio.

Después del despido me encuentro el inbox de gmail con 1600 mensajes.

Y tengo de cosas para montar dos perfiles de wallapop.

Entre otras cosas.

Estoy en proceso de deshacerme de todo lo que pueda.

Tener un hijo es coleccionar productos que hacen cosas.

Y juguetes ya ni te cuento.

Así que hacer ese trabajo de que desaparezcan las cosas no es fácil.

Lo fácil sería tirarlos a la basura, y el problema para otro.

Lo peor es tu cabeza.

Con proyectos.

Tareas.

Notas.

Ideas.

Hobbies.

Y todo eso repartido por diferentes aplicaciones.

Y servicios de internet.

Si lo mandas a la basura, tu cabeza te lo reclamará al día siguiente.

Así que poco vale darle a la tecla delete.

Solo lo eliminas.

La recolección sigue adelante.

Y el problema solo se incrementa.

Mi cabeza no para.

El tirarlos a la basura no funciona.

Así que acabas durante todo el día apagando fuegos.

Esto no te hará avanzar.

En ninguna dirección.

Creo que ya tengo el camino.

Es ser eficaz.

Que no es lo mismo que eficiente.

Ya tengo las bases.

Ahora me falta avanzar.

PD: Para la captación de suscriptores, he empezado a escribir en Substack y darme a conocer un poquito más. Aquí puedes leer el primer artículo.