Ayer fue un día raro.

Dormí regular.

Me desperté como a medio sueño.

Y el café hizo su efecto a medias.

Puede que fuese el cambio de tiempo o de presión.

Da igual.

Mi mente no estaba para juntar letras.

Empezó dispersándose.

Y terminó fatal.

No es que quería aprender algo nuevo.

O pretendía ser el nuevo Einstein.

Solo quería evadirse.

Estos días los tiene cualquiera.

No los verás por instagram.

Ni te los contaran en youtube.

Todo será armonía y papeles de colores.

Aquí radica tu grandeza.

Tu capacidad de separarte de la muchedumbre.

Repito.

No se trata de levantarte a las 5 am.

Se trata de quitar.

De quitar aquello que te retrasa.

De superarte los días que no puedes.

Esto te adelantará un paso sobre los demás.

Y como humano.

No fui capaz.

Por eso la teoría es tan bonita.

Todo resuena como los ángeles en tu cabeza.

Luego la realidad te ostia.

O te da un puñetazo en la boca.

Lo que prefieras.

Para que lo entiendas por si estás dando los primeros pasos. Se trata de quitar peso de todas aquellas cosas que acumulamos.

Más nos pesan los pensamientos que los objetos.

Y a partir de ahí seguir adelante pase lo que pase.

PD: Ayer tenía la opción de escribir o ser productivo improductivo, y elegí la segunda.