Ayer por fin firmé la FEIN.

También tuve que tirar de un email comodín.

Por eso el correo salió tan tarde.

Parece que no, pero la mente se agota.

Tener niveles altos de energía solo está destinado a los perfiles de Instagram.

En mi caso mi ser de luz solo funciona a ratos.

Otros se me funde la bombilla y tengo que esperar al recambio.

Si no sabes que es la FEIN, es el nombre en clave de cómo casarte con el banco durante treinta años.

Que se dice pronto.

Las siglas no vienen a cuento, si iré interesa búscalo en Google.

No hubo ni arroz ni papelitos de colores.

Todo muy frío.

Hasta el boli era uno desgastado del banco.

Ahora queda pasar por el notario y formalizar que la casa la disfrutará nuestra hija.

Nosotros estaremos alquilados al banco.

Me parece un buen trato.

Aún con todo esto la flojera no la he podido evitar.

Pero no he dejado de escribir este mail.

Igual que tu negocio.

Hasta que no lo tengas bien estructurado.

No puedes pasar a otra cosa.

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